En 2014, uno de los accidentes más trágicos en este deporte se suscitó durante el Grand Prix de Japón. El piloto francés, Jules Bianchi, perdió el control de su monoplaza cuando salía de la curva Dunlop (8) debido al agua que había en la pista, lo cual provocó que su vehículo patinara e impactara contra la grúa que retiraba el auto del conductor Adrian Sutil.
Después del incidente, los paramédicos trasladaron a Bianchi a un hospital para ser atendido. Dos días después, mediante un comunicado, la familia del conductor informó que él sufría una lesión difusa axonal y que su estado era crítico. 9 meses después falleció en Niza debido a la gravedad de sus heridas. A raíz de este evento, la FIA, decidió poner manos a la obra y trabajar en un sistema de seguridad eficiente para evitar una situación como la del francés.
Durante los últimos años patrocinadores, expertos y equipos han diseñado diferentes propuestas en pro de la protección del piloto. Uno de los primeros prototipos que se probó fue el “Aeroscreen”, diseñado por Red Bull, el cual consiste en una cúpula que protege al conductor de objetos grandes y pequeños. Durante las pruebas, se comprobó que no afectaba la visibilidad y, estéticamente, era una buena opción en cuanto a medidas de seguridad.
“Shield” fue otro sistema propuesto para proteger a los participantes de la Fórmula 1. La Federación fue la encargada de diseñarlo y consiste en una cúpula abierta de policarbonato que empieza desde la altura del eje delantero. El piloto alemán Sebastian Vettel fue el primero en probar esta tecnología, pero no pudo terminar las pruebas debido a que su visión se reducía por la protección.
El último prototipo probado es "Halo", diseñado originalmente por Mercedes-Benz Motorsports. Entre sus características se encuentra que su diseño permite proteger la cabeza del conductor sin importar el ángulo o altura del que el neumático puede impactar. Distintas escuderías probaron y cambiaron este diseño pero la idea es la misma. Sin embargo, una de las preocupaciones por parte de los equipos y pilotos es que su peso le añadiría aproximadamente 5 kilos al monoplaza.
El pasado miércoles, el Grupo de Estrategias de la FIA se reunió para tomar la decisión sobre qué dispositivo se utilizaría de ahora en adelante en la F1. Con respecto al Aeroscreen, se concluyó que aún requería más pruebas y por el momento no estaba lista para introducirse como un mecanismo de protección. Por su parte, el Halo fue seleccionado para instalarse de forma obligatoria en todos los monoplazas para la temporada 2018. Aún falta que el Consejo Mundial de los Deportes del Motor apruebe la medida, pero los directivos son muy serios al respecto.
No obstante, las reclamaciones no se hicieron esperar, ya que a pesar de que los conductores están de acuerdo con las medidas de seguridad que se necesitan dentro de la competencia, consideran que es muy apresurada la resolución. El ex piloto Niki Lauda comentó que el "halo destruye el ADN de un coche de Fórmula 1" y muchos otros más critican la parte estética que brindará a los vehículos. Durante la reunión, se cree que al menos nueve de diez equipos votaron en contra y casi seis escuderías fueron las que asistieron a las reuniones previas.
La decisión que se tomó es firme, y a pesar de que seguirán investigándose nuevos métodos y sistemas para mejorar la seguridad durante las carreras, es inevitable la llegada del Halo para la temporada 2018 y su presencia durante los Grand Prix que se celebrarán.