"Si un conductor estornuda a una velocidad de 80 kilómetros por hora, recorre 25 metros con los ojos cerrados", alerta Heike Behrbohm, especialista en alergias. Por ello, recomienda a los que sufren con el polen que se prepararen antes de que llegue la peor temporada.
"El punto débil de los coches es la ventilación", dice Behrbohm, que recomienda un buen filtro para evitar que el suministro de aire fresco se vea afectado por el polen. Hay dos tipos de filtros para el polen: los que tienen una capa de celulosa y los que disponen de una adicional de carbón activo, que es un poco más cara pero hace que el filtro sea más efectivo, en especial para los alérgicos.
"Los filtros de mayor eficacia mantienen alejado hasta el polen más diminuto, como el de las moreras", explica Behrbohm. Lo más importante es que todo filtro pierde eficacia con el tiempo, por lo que debe someterse al menos una vez al año a un examen y en caso de deterioro, debe ser cambiado.
Anja Schwalfenberg, de la Asociación Alemana de Alergia y Asma, recomienda en cualquier caso cambiar el filtro todos los años porque en el húmedo otoño y en invierno acumulan bacterias y moho. Cada cambio requiere también la limpieza de los canales de ventilación y del evaporador del aire acondicionado.
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Pero el polen no llega sólo a través de la ventilación. Los alérgicos deben procurar al máximo mantener las puertas y las ventanas cerradas y al arrancar dejar que se ventile el interior del vehículo antes de encender el aire acondicionado. Hay que dejar también la mayor cantidad de ropa en el maletero en lugar de en el asiento trasero durante la época de polen y lavar el vehículo más frecuentemente. Y lo que es más importante, limpiarlo por dentro.
Se recomienda limpiar toda las superficies con un paño húmedo y las alfombras, con un aspirador con filtro de agua. Los asientos de cuero son mejores para los alérgicos porque a la tela el polen se pega de forma más resistente.
Las temperaturas medias aceleran la polinización. En caso de altos niveles en el aire, un conductor que sufra severamente de alergia debería evitar conducir. Los asmáticos deben tener en cuenta siempre llevar su kit de emergencia y su documento de alergias.
Otros días basta con que los afectados tomen medicamentos que rebajan los efectos. Pero cuidado: hay que utilizar antihistamínicos con principios activos modernos que no produzcan cansancio ni mermen las facultades para conducir. Para ello lo mejor es preguntar a médicos o farmacéuticos.
Si experimenta molestias mientras conduce, es obligatorio tomarse una pausa. No se recomienda tomar medicamentos antialérgicos mientras se está al volante, ya que no sólo distraen de la carretera, sino que carecen de sentido porque requieren de un tiempo para hacer efecto.
Los alérgicos también son especialmente sensibles a la luz, por lo que siempre hay que llevar unas gafas de sol en el vehículo.