Para ello, proveerá, a través de su división deportiva Mazda Motorsports, una versión de competencia del motor diesel Skyactiv-D a los equipos participantes en la nueva Clase GX Grand-Am, de Estados Unidos, a partir de la temporada 2013.
El propulsor tendrá como base el Skyactiv-D de 2.2 litros de cuatro cilindros y turbocompresor de dos etapas.
Entre las características del motor figuran el bajo ratio de compresión (14:1), la reducción del consumo de combustible hasta un 20 por ciento, el mismo porcentaje en la fricción interna del motor y un 10 por ciento de reducción de peso.