Las largas secuelas de la catástrofe de BP en el Golfo de México

Las largas secuelas de la catástrofe de BP en el Golfo de México

Para Al Sunseri, el día comienza en plena noche. En las aceras aún deambulan algunos borrachos cuando enciende la luz de su comercio de ostras en Nueva Orleans. Las venitas en sus pupilas están reventadas. Con sus ojos fuertemente enrojecidos mira parpardeando la pantalla de la computadora. En Internet quiere rastrear los restaurantes que aún promocionan las ostras con su nombre pero que desde hace tiempo dejaron de ser sus clientes. La competencia en torno a esta exquisitez marina se ha endurecido, y quien pretenda lograr algo en este negocio se ve obligado a madrugar.

Hasta hace algunos años todavía reinaba temprano por la mañana una intensa actividad en la "P&J Oyster Company". Hoy, hay un solo hombre en la nave vestido con un delantal y con guantes de goma que parte en silencio un montoncito de los moluscos verdigrises. Mientras tanto, Sunseri se ha hundido en un sofá de cuero marrón en su oficina y relata lo que ocurrió el 20 de abril de 2010, el día que marcaría el brutal declive de su negocio: la explosión en la plataforma petrolera "Deepwater Horizon" de la compañía BP.

Aquella noche se pudieron ver las llamas desde una distancia de muchos kilómetros. Una explosión de gas en la plataforma ocasionó un gran incendio. Los 126 trabajadores de la compañía británica BP, de la empresa suiza de perforaciones Transocean y de algunas otras empresas tuvieron que luchar para sobrevivir. El incendio fue tan aparatoso que se decidió solicitar la intervención de especialistas de Holanda desde la ciudad texana de Houston, situada a más de 600 kilómetros de distancia, para controlar con equipos especiales el incendio sin precedentes en alta mar.

Los expertos llegaron demasiado tarde. El incendio en el "Deepwater Horizon" llevaba 36 horas cuando la construcción de metal se dobló a causa del ingente calor. Las grúas cayeron al agua y varias cubiertas colapsaron, hasta que toda la plataforma en llamas se hundió en el mar. Había comenzado la peor catástrofe petrolera en la historia de Estados Unidos. Los cadáveres de 11 personas desaparecidas nunca fueron encontrados.

Durante las semanas siguientes dieron la vuelta al mundo imágenes de pájaros y peces embadurnados de petróleo. Desde el lugar donde se hundió la plataforma comenzó a expandirse una mancha negra del tamaño de Jamaica que terminó contaminando 1.000 kilómetros de litoral.

Cinco años después, para la empresa de Sunseri aún es imposible medir la magnitud de la catástrofe. "Sin nuestro patrimonio tendríamos que haber vendido el negocio", dice el hombre de ascendencia siciliana. Fundada hace 139 años, su empresa es la más antigua de Estados Unidos dedicada a la comercialización de ostras. A causa del desastre, Sunseri se vio obligado a despedir a casi toda la plantilla. Hoy, su empresa solo vende aproximadamente un tercio del volumen del año 2010, los precios han subido un 300 por ciento e incluso varios restaurantes de lujo le han dado la espalda al negocio centenario de Sunseri.

Abajo, en el puerto de Pointe à la Hache, la situación de los pescadores no es muy diferente. "Abandoné la pesca en 2010. Mi hermano y yo estábamos en bancarrota", dice Mike Taylor Junior. Un abogado le aconsejó no suscribir ningún acuerdo de indemnización con BP, dice su padre, Mike Taylor. "Sin embargo, cuando uno está a punto de perder todo, no hay más remedio que firmar". El pago de la indemnización de 25,000 dólares evitó en su momento que tuviera que vender su casa. Hoy, Taylor teme nuevamente que no pueda mantener su casa por mucho tiempo más.

"Pobre gente, pobre gente", dice Orin Bentley, quien abandonó en 2012 el negocio de langostas. Pointe à la Hache, situada en el este del delta del Mississippi-Deltas, fue la localidad más afectada, afirma Bentley, de 48 años. Dice que tuvo que aceptar la oferta de indemnización por 140,000 dólares que le hizo BP. Nunca antes había recibido de golpe tanto dinero y no podía permitirse contratar a un abogado. ¿Y cómo logra sobrevivir hoy? "Por la gracia de Dios querido. Esperas capturar algo para tener comida y ganar un par de centavos".

Hasta el día de hoy, BP y el gobierno estadounidense siguen discutiendo sobre la cantidad de petróleo que se derramó en el Golfo de México. Según el último fallo jurídico, fueron 3.19 millones de barriles, o sea, más de lo que ha reportado la compañía y menos de lo que calcula el gobierno. BP cifra en 14,300 millones de dólares los gastos que ha tenido que sufragar hasta el momento a causa del desastre. Todavía pueden pasar años hasta que se conozca la verdadera dimensión de la catástrofe para el medio ambiente, el turismo y la pesca, y todavía está pendiente el último fallo de los jueces.

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