Denominada Captura de CO2, esta tecnología se está probando en un prototipo de unidad de craqueo catalítico fluido (FCC) – proceso que transforma petróleos pesados en derivados de petróleo más leves. Esta es la primera unidad a escala preindustrial de FCC en el mundo que utiliza la tecnología de oxicombustión (sustitución del aire que se utiliza en la quema de combustibles por oxígeno puro) para la captura de dióxido de carbono (CO2), gas liberado durante los procesos industriales de las refinerías.
Las FCCs son unidades muy importantes en el proceso de producción de derivados, como gasolina y gas licuado de petróleo (GLP), y son las principales fuentes individuales de emisión de CO2 de las refinerías – representan cerca de 1/3 de las emisiones totales del gas. El objetivo de las pruebas realizadas hasta este momento es evaluar la nueva tecnología a una escala más próxima a la industrial e identificar puntos para su desarrollo.
A partir de los datos obtenidos en las pruebas más recientes, se espera conseguir la captura de al menos 90 por ciento del CO2 emitido cuando la tecnología se utilice en unidades industriales. Y también generar una corriente de CO2 con una pureza mínima del 95 por ciento, lista para la venta a industrias que compran CO2, inyección en pozos para la retirada de petróleo (denominada recuperación avanzada de petróleo), o inyección en reservorios naturales en el subsuelo donde se encuentra entrampado (llamado almacenamiento geológico).
El proceso de oxicombustión se ha mostrado económicamente más viable cuando se compara con la tecnología postcombustion, utilizada tradicionalmente para la captura de CO2. Una evaluación realizada en la etapa anterior del proyecto ha mostrado que la oxicombustión posibilitaría una importante reducción de los costos, en torno al 40 por ciento, con relación a la tecnología tradicional.
La captura de CO2 viene siendo un reto para las empresas del sector petrolífero en el mundo, desafío este que engloba además el transporte y el almacenamiento geológico del gas carbónico. Para la implantación de esa tecnología, se está desarrollando una legislación y normas que definan los criterios técnicos, sociales y ambientales que se deben cumplir.
Aunque no existe una legislación específica en Brasil en cuanto a metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ni la obligatoriedad de publicar esos números, Petrobras publica todos los años su Balance Social y Ambiental, el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas tomadas para contribuir a la mitigación del cambio climático, así como sus objetivos voluntarios.