Alpine Vision Gran Turismo, protagonista en Play Station

Alpine Vision Gran Turismo, protagonista en Play Station

El Alpine del siglo XXI poco a poco se va desvelando. Y aunque la espera puede ser larga para los más impacientes, así se mantiene viva la llama. La participación del Alpine A450 en competencia ya se ha visto recompensada con dos títulos consecutivos de Campeón de Europa, en 2013 y 2014, y un podio LM P2 en las 24 Horas de Le Mans.

Alpine Vision Gran Turismo, que se presentó como preámbulo a las celebraciones del sesenta aniversario de la marca, abre un nuevo capítulo de este renacimiento. Cuando el equipo de Polyphony Digital –la filial de Sony que desarrolla la serie de juegos Gran Turismo– propuso asumir el reto en julio de 2013, los equipos de Alpine se involucraron con entusiasmo y pasión, pero también con el mismo rigor que para el futuro modelo de producción.

Antes de abordar la concepción de Alpine Vision Gran Turismo, cabe remontarse unos quince años atrás. En Japón, Sony contrata entonces a un estudiante de economía. Apasionado, ambicioso y visionario, Kazunori Yamauchi consigue muy pronto que se cree un equipo encargado de desarrollar la simulación automovilística más avanzada. Aprovechando el avance tecnológico que aportaba la consola PlayStation, el equipo de Polyphony Digital dio mucho que hablar cuando salió Gran Turismo, el 11 de diciembre de 1999. Este primer episodio revolucionó la industria del videojuego y se vendieron más de once millones de ejemplares.

Quince años más tarde, el éxito sigue siendo indiscutible. Los cinco primeros episodios de la saga Gran Turismo suman más de 72 millones de copias vendidas. Comercializado en diciembre de 2013 para la PlayStation 3, el sexto capítulo sigue siendo una referencia con cada vez más circuitos míticos (Le Mans, Nürburgring, Laguna Seca…) y cientos de modelos disponibles. Este éxito se fundamenta en gran parte en la colaboración establecida con los constructores más prestigiosos. Reunidos detrás de la bandera Vision Gran Turismo con ocasión del 15º aniversario de la serie, los coches creados específicamente para el evento también son un hito para los apasionados del automovilismo y del videojuego.

En julio de 2013, el equipo del estudio Polyphony Digital se junta con el de Alpine. Son unas quince personas por ambas partes que exponen sus respectivas visiones de la pasión por el automóvil. Fascinado por Alpine desde hace mucho, ‘Kaz’ no oculta su entusiasmo ante la idea de acoger a la marca francesa en su showroom virtual. Cabe recordar que el creador del juego no duda en ponerse el casco y el mono y lanzarse al asalto de los circuitos y Alpine es para él una clara referencia.

Aunque el pliego de especificaciones que se sometió a los diseñadores era escueto, incluía sin embargo una especificidad respecto de las creaciones habituales. Los puntos fuertes del concepto tenían que ser la parte trasera y el cockpit, simplemente porque son las vistas más codiciadas en los videojuegos de competición automovilística.

Aun así, el modelo se descubre por la parte delantera que evoca de inmediato al A110. Una nervadura recorre el eje de simetría del coche y realza el morro inclinado hacia abajo en forma de V. Como un guiño más a los años 60, las luces de LED -en forma de X- recuerdan las cruces de cinta adhesiva negra que protegían los faros adicionales de las Berlinette de rally. Estas referencias al pasado se combinan con un aerodinamismo muy actual: un splitter dirige el flujo de aire a cada lado del casco, destapando así los triángulos de suspensión. Las aperturas del capó dejan entrever los combinados muelle-amortiguadores de color naranja colocados horizontalmente en la parte superior del chasis.

El perfil también estremece. Las anchas tomas de aire canalizan el flujo que desemboca en la parte posterior de las ruedas delanteras y subrayan la forma afilada de la carrocería. En cuanto a las largas derivas laterales, contribuyen a la armonía general y evocan a los A210 y A220 que brillaron en las 24 Horas de Le Mans (victoria en el índice energético en 1966).

Las ruedas ilustran por sí solas la deliberada mezcla entre pasado y presente. El diseño de las llantas, inspirado en las que llevaban los A110, es suficientemente abierto como para dejar ver las impresionantes pinzas de freno, pintadas de naranja o de azul según las versiones.

El atractivo de la línea de Alpine Vision Gran Turismo procede también de su habitáculo abierto. El piloto está situado a la derecha, una arquitectura típica en deporte-prototipo en la medida en que la mayoría de los circuitos –empezando por Le Mans– giran en el sentido de las agujas del reloj.

El arco de seguridad está integrado con elegancia, al igual que la toma de aire del motor situada en la parte izquierda. Una puerta "mariposa" facilita el acceso y permite deslizarse al interior del cockpit. Su apertura desvela un poco más el trabajo de diseño llevado a cabo en la carrocería. El asiento de cuero luce los famosos pespuntes "Alpine" en forma de cruz, a los que un hilo azul aporta modernidad. El volante es prácticamente rectangular, como en los prototipos para las carreras de Endurance, y cuenta con un cuadro de instrumentos digital en su parte superior. Indispensables para las carreras endiabladas, los retrovisores han sido sustituidos por una cámara de alta definición.

Como se ha evocado anteriormente, la vista desde atrás constituye el colofón al diseño de Alpine Vision Gran Turismo. El fondo plano desemboca sobre una forma de ojiva, mientras que un alerón inferior une los pasos de ruedas a la popa de la carrocería. Al igual que en la parte delantera, la carrocería deja ver los dobles triángulos de suspensión. Un segundo alerón integrado con elegancia permite aumentar un poco más el apoyo aerodinámico.

Los atributos más destacables del Alpine Vision Gran Turismo se manifiestan al frenar. Los aerofrenos incorporados al perfil de la cola se accionan mediante gatos hidráulicos y se despliegan en un abrir y cerrar de ojos, dejando ver las luces de freno.

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