Después de un recorrido por los pits y los paddock, Ricciardo completó la primera vuelta en la recién remodelada pista al volante de un Infiniti Q50 Híbrido de 3.5 litros y 360 caballos de potencia. A él se le unió el piloto de la Scuderia Toro Rosso Carlos Sainz en un RB7, vehículo de Fórmula Uno ganador del Campeonato Mundial, y de esta manera ambos pilotos manejaron por varias secciones de la pista, incluyendo la completamente nueva zona de estadio.
Una vez terminado, el circuito de 17 vueltas o 4.3 kilómetros se reintegrará al calendario de la Fórmula Uno en noviembre, con el regreso del Gran Premio mexicano tras 23 años de ausencia.
Daniel Ricciardo comentó sobre su experiencia en México: “Fue realmente emocionante ver cómo ha avanzado la remodelación del circuito además de tener la oportunidad de probarlo en el Q50 Híbrido. El circuito tiene una buena mezcla de curvas rápidas y lentas que van a ser un verdadero desafío en un vehículo de F1 por lo que tengo muchas ganas de correr aquí en la temporada. Me enteré que las entradas ya están agotadas, por lo que seguramente se vivirá un ambiente muy especial”.
Con respecto al evento, Tommaso Volpe, director global del programa F1 de Infiniti, agregó: “México es uno de nuestros mercados globales de más rápido crecimiento, por lo que ser la primera marca automotriz en probar el nuevo circuito previo al gran premio con Daniel al volante es un testimonio de nuestro compromiso con el negocio en Latinoamérica”.