Junto a él, su mujer, Ursula Piëch, abandona también su puesto en el consejo de vigilancia de la mayor automotriz de Europa, que ocupaba desde 2012.
La noticia de la dimisión del matrimonio Piëch de sus respectivos puestos llega tras días de especulaciones sobre la pugna de poder abierta desde hace dos semanas en su cúpula, desde que el patriarca de Volkswagen asegurara que se había "distanciado" del director ejecutivo de la compañía, Martin Winterkorn.
Fuentes internas aseguraron el jueves a la agencia dpa y otros medios alemanes que el poderoso jefe del consejo de vigilancia, Ferdinand Piëch, quería destituir a Winterkorn antes de la asamblea general de la compañía el 5 de mayo.
Sin embargo, el propio Piëch negó después buscar esa salida: "Hablamos la semana pasada y acordamos cooperar. No impulso la destitución de Martin Winterkorn", dijo el directivo de 78 años al diario Bild.
Lo que sí es cierto es que Piëch sufrió un desacostumbrado revés en su primer intento de desbancar a Winterkorn cuando la semana pasada, el núcleo duro del consejo de vigilancia respaldó al ejecutivo de 67 años e incluso propuso prolongar su contrato más allá de 2016 para que siga dirigiendo la empresa "de forma tan activa y exitosa como hasta ahora".
La lucha de poder terminó hoy con la salida por sorpresa de Piëch del consejo. Su sustituto será Berthold Huber que asumirá la dirección del consejo hasta la elección de un nuevo presidente, informó el grupo automotriz.