La compañía elevó su facturación un 2.8 por ciento hasta los 202,500 millones de euros (227,100 millones de dólares) y sus beneficios antes de impuestos y tasas (Ebit) un 8.8 por ciento hasta los 12,700 millones el año pasado, dos máximos en la historia del grupo.
También el beneficio neto se disparó un 21 por ciento hasta los 11,100 millones de euros, aunque la cifra no es récord: los efectos extraordinarios por la compra completa de Porsche en 2012 elevaron a casi 22,000 millones el neto de ese año.
Pese a los buenos datos, la compañía se mostró cauta con sus pronósticos para este año debido al "entorno económico complicado".
"Incertidumbres políticas constantes, fuertes fluctuaciones monetarias y la difícil situación en mercados como Rusia o Brasil vuelven a poner al grupo Volkswagen este año ante grandes desafíos", dijo el director financiero, Hans Dieter Pötsch.
El directivo justificó así las previsiones "precavidas", aunque aseguró que la compañía mantiene el objetivo de incrementar este año no sólo la cifra de unidades vendidas, sino también la facturación y los beneficios.