La mayor automotriz de Europa suspenderá la producción en su planta de Kaluga durante 17 viernes de abril a julio y otros ocho días de la primera mitad de mayo. Sobre los recortes de plantilla no ofreció detalles.
La compañía atribuyó la medida a la debilidad de la economía rusa, los aumentos de precios y las altas tasas de interés. "No esperamos cambios en estos factores los próximos meses", explicó la portavoz Lilia Leonova.
El mercado automotor ruso se derrumbó casi un 40 por ciento en febrero en medio de un entorno económico adverso marcado por la caída del rublo, los bajos precios del petróleo o las sanciones de occidente por la crisis en Ucrania.
Otras automotrices ya reaccionaron a la tendencia: la estadounidense General Motors retirará a fin de año de Rusia a su filial alemana, Opel, mientras que la planta de la japonesa Nissan en San Petersburgo dejó de producir hasta fin de mes.
Volkswagen instaló en 2006 su planta en Kaluga, unos 200 kilómetros al suroeste de Moscú, con una inversión prevista en Rusia de 1,000 millones de euros hasta 2018 (1,080 millones de dólares).
La empresa alemana aclaró que sigue viendo a Rusia como un mercado con importantes perspectivas de crecimiento a largo plazo.