El país a la deriva y su política económica exterior sobre ocurrencias e impulsos

El país a la deriva y su política económica exterior sobre ocurrencias e impulsos

Desde finales de los 80, la política comercial de México ha adoptado un modelo de apertura al exterior que nos ha llevado a ser una de las economías más abiertas del mundo en función de los tratados de libre comercio firmados, sin embargo, los resultados no han sido los esperados.

Para hablar de comercio exterior continuaron los Foros Universitarios “La UNAM y los desafíos de la nación”, en donde Óscar León Islas, académico de la Facultad de Economía (FE), señaló que la política exterior de México experimenta una seria crisis desde hace un “buen rato”, derivada de su pérdida de estatus como potencia regional en ascenso.

“Sin rumbo, sin principios ni intereses, el país transita a la deriva y su política exterior parece confeccionarse sobre la base de ocurrencias e impulsos”. Por ello, es necesario definir clara y concretamente los intereses nacionales, y desde un enfoque de inteligencia comercial.

En el aula magna Jesús Silva Herzog de la propia entidad, refirió que desde la firma del TLCAN nuestras exportaciones han crecido a un ritmo dinámico; sin embargo, eso no se ha reflejado en el resto de la economía. No sólo no ha habido un factor de “arrastre” del sector externo con el resto de las empresas nacionales, sino que se han registrado periodos de estancamiento y de franca caída, como en 2009, cuando fue de 17 por ciento.

Datos recientes indican dos años con caídas en el rubro, de cuatro por ciento en 2015, y casi dos por ciento en 2016, lo que indica un problema relacionado con la orientación excesivamente dependiente de Estados Unidos.

Además, recalcó León Islas, mucho del éxito exportador tiene antes un componente trascendente de importaciones; 75.2 por ciento de lo que compramos en 2015 obedeció a bienes intermedios que las empresas transnacionales asentadas en nuestro territorio demandan para ensamblar y luego reexportar. Todavía se trata de un modelo maquilador, y ése es el factor por el cual no hay un arrastre para el resto de las empresas locales.

América Latina es la región con menos comercio intrarregional, y ahí hay un área de oportunidad, sobre todo en el contexto actual. “Si México debe aspirar a algo es a ser una potencia regional media en Centroamérica y el Caribe, y estrechar lazos con países como Cuba y República Dominicana, zona atractiva para nuestras empresas medianas y pequeñas, no para las grandes, que le apuestan al TLCAN o a acuerdos con la Unión Europea”, resaltó.

En la sesión, moderada por Rosa María García Torres, Pablo Ruiz Nápoles, también académico de la FE, explicó que en las condiciones actuales la renegociación del TLCAN no será a favor de México; no habrá un resultado gana-gana. “Nosotros perderemos, porque el comercio no es un pacto de caballeros. No tenemos instrumentos para negociar”.

Nuestro país deshizo su sistema proteccionista y EU lo mantuvo; México no aplicó medidas de subsidio a la agricultura, y el vecino del norte sí. Tampoco aplicamos medidas fitosanitarias, y allá, incluso, se rigidizaron. Aquí desapareció la banca de desarrollo.

En materia de comercio estamos igual que cuando comenzó el TLCAN. Con el modelo neoliberal no ha habido una mejora en el bienestar de la gente, por el contrario, ha empeorado. Por eso, para ver hacia adelante, tenemos que replantear el modelo de crecimiento desde sus bases, construir un nuevo aparato de desarrollo y reconstruir al Estado.

Samuel Ortiz, profesor de la FE, dijo que ante el panorama actual destaca la creciente importancia de China en el comercio mexicano, con una participación relativa cercana al 10 por ciento en lo que va de 2017.

No obstante, alertó, se trata de una relación asimétrica. Las exportaciones a ese país están concentradas en mercancías o manufacturas vinculadas a materias primas. En tanto, importamos en particular electrónica y autopartes, que juntas representan más de 65 por ciento del total.

En términos generales, se observa que de 220 industrias, en 156 las importaciones chinas han desplazado a las estadounidenses. Eso significa que la participación relativa de las importaciones del gigante asiático a México está en crecimiento.

Pero la creciente dependencia de importaciones chinas desde 2001 no se ha traducido en una mayor integración, por el contrario, vemos efectos del desplazamiento en términos de producción, proveeduría y empleo, concluyó.

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