En 2016 iniciaron este tipo de revisiones que alcanzaron 15 zonas provinciales incluidas la capital Beijing y Shanghai, otra de sus principales ciudades.
Como consecuencia de esas inspecciones se siguieron 33,000 casos que llevaron a multas por un monto de 64 millones de dólares.
También fueron detenidas 720 personas y 6,500 establecimientos fueron cerrados, señaló un despacho de la agencia Xinhua.
Ahora los inspectores del medio ambiente realizarán su labor en todas las provincias chinas, aseguró el ministerio de Protección medio ambiental.
Se hará un monitoreo de las condiciones locales y se promoverá que los gobiernos locales cumplan con sus responsabilidades en la materia, aseguró el ministerio.