Expertos analizan efectos del TLCAN, proyectos ambientales y planeación urbana

Expertos analizan efectos del TLCAN, proyectos ambientales y planeación urbana

Expertos participantes en el “XXV Seminario de Economía Urbana y Regional. El desarrollo urbano y regional en México a tres décadas de crisis y cambios”, abordaron temas como el TLCAN y sus efectos en las ciudades mexicanas, proyectos ambientales financiados en la frontera México-Estados Unidos e instrumentos para el análisis territorial y planeación urbana.

Este evento proporcionará una “excelente ayuda” a diputadas y diputados, a fin de obtener elementos que contribuyan al trabajo legislativo, aseguró Edgardo Valencia Fontes, investigador del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop), durante el tercer y último día de este seminario inaugurado el lunes pasado en las instalaciones de la UNAM.

Al presentar su ponencia “El TLCAN y sus efectos en las ciudades mexicanas”, dentro de la mesa “Las ciudades de México en la globalización”, el doctor José Gasca Zamora, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, de la UNAM, dijo que los procesos de exportación e inversiones han tenido impactos importantes en la conformación de las regiones del país donde, no obstante, la desigualdad persiste respecto a los ritmos de desarrollo.

Señaló que la implantación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en enero de 1994, generó nuevos circuitos de inversión que alteraron la geografía económica de México, gracias a la apertura de capitales, ventajas en la localización, aprovechamiento de economías de aglomeración, encadenamientos intersectoriales y mercados laborales de bajo costo y especializados.

Aseguró que el crecimiento del comercio entre México y Estados Unidos con el TLCAN pasó de 50 mil millones de dólares (mdd) en exportaciones a cerca de 300 mil mdd, donde las ciudades de la región centro y frontera norte del país, principalmente, se convirtieron en lugares privilegiados, al ser utilizadas como plataformas exportadoras en los sectores de la industria maquiladora, automotriz y autopartes, electrónica, textiles y recientemente aeronáutica.

Sin embargo, agregó, “en la medida en que haya un colapso en la economía Norteamérica, también lo sufrirán todas aquellas urbes que siguen el mismo modelo”.

Rodrigo Vera Vázquez, investigador del Colegio de Tamaulipas, manifestó su preocupación por el deterioro ambiental en la zona fronteriza norte a causa de la contaminación del agua, provocada por la fractura hidráulica –fracking- que realizan compañías energéticas para explotar gas y aceite en el subsuelo del sur de Texas junto a Nuevo Laredo, así como en la Cuenca de Burgos, en México.

Al dictar la conferencia “Análisis comparado de proyectos ambientales financiados en la frontera México-Estados Unidos de América”, refirió que el fracking no ha participado en la certificación de energía limpia. De 2010 al 2013 se presentaron 384 denuncias por daño al ambiente, cuya afectación se resiente ya en la salud de la población, a través de enfermedades gastrointestinales, tos y dolores de cabeza.

“En las noches es imposible respirar aire fresco, porque el olor es ácido y dulce penetra en nariz y ojos provocando picazón y enrojecimiento”, aseguró.

Cuestionó: ¿si esto sucede en Texas, donde la reglamentación ambiental es rígida, qué sucederá en México en donde no lo es? Se requiere una regulación más efectiva en zonas como el municipio de San Fernando, Tamaulipas, en el cual ya se práctica el fracking. Es un elemento para la reflexión, precisó.

Destacó la importancia de la gobernanza transfronteriza y de que la política ambiental binacional se consolide, mediante el aprovechamiento de los recursos del Banco de Desarrollo de América del Norte, aunque preguntó si son usados por la élite empresarial o por la sociedad civil, que busca integrarse como elemento de cambio en la protección del hábitat.

En la ponencia “Instrumentos para el análisis territorial y planeación urbana”, Roberto Ramírez Hernández, investigador del Instituto de Economía de la UNAM, indicó que el futuro del crecimiento de la zona metropolitana del Distrito Federal depende del diseño de estrategias que detengan el avance horizontal y se creen modelos para una distribución vertical, con el propósito de controlar el uso de suelo.

Explicó que actualmente la zona metropolitana está conformada por 76 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo; sin embargo, se tiene previsto que para el año 2030 existirán alrededor de 84 municipios; por ello, recomendó, es necesario que estas regiones se preparen para ser ciudades, ya que les generará altos costos en infraestructura y servicios.

Puntualizó que si se desea realizar políticas públicas adecuadas en desarrollo urbano, se debe recurrir a herramientas e instrumentos científicos, con el objetivo de conocer cuáles serán las tendencias de crecimiento y expansión de la Ciudad de México y la zona metropolitana y, a partir de ello, optar por estrategias y modelos viables.

Por su parte, Edgardo Valencia Fontes, del Cesop, aseguró que el reto del desarrollo territorial es la planificación del abasto de agua, pues representa un grave problema y la posibilidad de un colapso en caso de no atenderse de manera adecuada.

El evento fue organizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), así como por el Instituto de Investigaciones Sociales y el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, ambos de esta casa de estudios.

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