PSA y General Motors negocian una alianza que podría anunciarse en marzo

PSA y General Motors negocian una alianza que podría anunciarse en marzo

El grupo automovilístico francés PSA Peugeot Citroen ha reconocido que mantiene discusiones con vistas a eventuales alianzas, mientras que el gobierno francés ha confirmado que el candidato para una unión es el estadounidense General Motors, y la prensa francesa avanza que podría materializarse en marzo.

El ministro francés de Trabajo, Xavier Bertrand, ha dicho, en una entrevista a la emisora de radio Europe 1, que el propio presidente de PSA, Philippe Varin, le había informado ayer de las discusiones con el gigante estadounidense, y que era "una buena noticia" para la compañía.

PSA, que no había querido precisar si la negociación es con General Motors (GM), se ha limitado a señalar en un comunicado que "las discusiones están en marcha y no hay ninguna certidumbre de que se completen".

En una fórmula con la que evita comprometerse, la firma francesa señala en un comunicado que "en el marco de su estrategia de globalización y de mejora de su resultado PSA Peugeot citroen examina proyectos de cooperaciones y de alianzas".

Una reacción a las informaciones del sitio internet latribune.fr, que sin dar detalle sobre las fuentes que cita, asegura que las negociaciones con el gigante estadounidense se llevan a cabo desde hace varios meses con el objetivo de establecer "una alianza, no cooperaciones puntuales".

Aunque el proceso de discusiones está "avanzado" y podría formalizarse a comienzos de marzo coincidiendo con el Salón del Automóvil de Ginebra, latribune.fr ha puntualizado que "por ahora no hay acuerdo" y ha destacado que hace falta el aval de la familia Peugeot.

Según esta fuente, la citada familia, con el 30.9 por ciento del capital y el 48.3 por ciento de los derechos de voto de PSA, tiene un papel fundamental para dar el visto bueno a una operación con una compañía que es dos veces mayor en términos de facturación.

También ha indicado que el viaje del presidente del fabricante francés, Philippe Varin, entre el 8 y el 10 de enero pasados a Detroit no fue tanto por el Salón del Automóvil de esa ciudad de Estados Unidos, sino para reunirse con responsables de GM.

Una eventual alianza, que no debería traducirse en una fusión ni en un canje de acciones de magnitud, crearía un conjunto con más de 11 millones de vehículos anuales que podría realizar ahorros de escala en particular en Europa, aunque al mismo tiempo acarrearía ajustes allí de las capacidades industriales y de la plantilla.

Para PSA se trataría de adquirir un tamaño crítico de escala mundial que ahora no tiene, sobre todo, para financiar su despliegue internacional.

Hasta ahora su negocio está muy concentrado en Europa (donde se centraron el 58 por ciento de sus ventas en 2011), un mercado abocado al menos a corto plazo en el mejor de los casos al estancamiento, cuando no al recorte de los márgenes.

El grupo francés había intentado una alianza con el japonés Mitsubishi, pero el proyecto no pudo fraguarse y se abandonó hace dos años, en particular por las reticencias de la familia Peugeot a renunciar a su capacidad de control.

De llegarse a un acuerdo, eso no anularía las diferentes cooperaciones puntuales que mantiene PSA con Ford en los motores diesel, con BMW en los híbridos, con Toyota en los pequeños vehículos, con Mitsubishi en los eléctricos y los todoterreno o con Fiat en los utilitarios.

Las informaciones sobre una posible alianza entre PSA y GM dispararon la cotización de las acciones de la compañía francesa, que por la mañana llegaron a subir más del 20 por ciento a las 15:45 locales (14:45 GMT) ganaban un 12.37 por ciento en la Bolsa de París.

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