El camino de Lauda hacia la cima fue tan único como él. Apostando por sí mismo a principios de los 70, sentó las bases de una carrera que definiría a toda una generación de F1 mientras impresionaba a los que lo rodeaban con su potencial y habilidad, abriendo la puerta al constructor más emblemático del deporte: Ferrari. En 1974, el austriaco consiguió sus primeros podios, victorias y 'pole positions', y todo estaba encaminado hacia un verdadero asalto a la corona, que se produjo en 1975, cuando se aseguró su lugar en los libros de historia. Pero había más por venir y Lauda escribiría mucho más que un solo capítulo.
1976 fue, posiblemente, el año que definió a Lauda para muchos y el año en que una de las mayores rivalidades del deporte -Hunt vs Lauda- iluminó la lucha por el campeonato. Inicialmente dominante, la mala suerte estaba a punto de golpear al austriaco y al principio de la carrera en Nürburgring, sufrió un accidente a gran velocidad y se encontró atrapado entre las llamas de su Ferrari. Sufrió quemaduras graves y vio gravemente dañados sus pulmones al verse atrapado por el humo. Fue sacado del monoplaza, pero entró en coma poco después.
A partir de ahí, comenzó uno de los mayores -si no el mayor- regreso del automovilismo de todos los tiempos. A pesar de haber recibido la extremaunción, debido a la gravedad de la situación, Lauda regresó del borde del abismo y sobrevivió al accidente. Muchos se habrían retirado, pero Lauda no era uno cualquiera y el austriaco empezó a planear su regreso.
Has sido un verdadero ejemplo para toda la comunidad del deporte del motor, un luchador que nunca se rindió y que protagonizó uno de los mayores regresos a la competencia que se recuerdan.
Tardó seis semanas. Milagrosamente, estaba de vuelta al volante en Monza, vendado y con un casco especialmente modificado, y el momento oportuno fue crucial para establecer un enfrentamiento con su principal rival, James Hunt, en la cita final de Japón.
Allí, bajo la lluvia torrencial de Fuji, la balanza no se decantaría del lado de Lauda. Con la visibilidad mermada después del daño sufrido por sus párpados en el accidente, tomó la decisión de retirarse a las pocas vueltas del inicio, tras haber regresado del borde del abismo sólo unas semanas antes. Eso le dio al gran rival -y amigo- James Hunt la posibilidad de asegurarse la corona. Pero Lauda seguiría compitiendo al máximo nivel más allá de esa rivalidad y en 1977 se convirtió en campeón del mundo con Ferrari una vez más.
Posteriormente, firmó por Brabham en 1978, anunció su retirada para antes de finalizar 1979 y comenzó su rol como empresario. Pero otro regreso estaba a la vuelta de la esquina y volvería a la parrilla de la Fórmula 1 en 1982 -esta vez al volante de un McLaren-, y en 1984 volvería a agrandar su leyenda.
Desde que Lauda se alzó con el título en 1984, superando por sólo medio punto a su compañero de equipo, Alain Prost, ningún otro piloto ha logrado la hazaña de ganar el Campeonato del Mundo con los equipos más laureados de la Fórmula 1: Ferrari y McLaren. Fue otro campeonato mundial que se sumó a su ya increíble legado, casi una década después de sus primeros éxitos.
Poco después de ese tercer título, Lauda anunció su retirada tras la siguiente temporada y esta vez fue para siempre. Pasó a ser Team Manager y experto televisivo del paddock y se convirtió en el presidente no ejecutivo de la escudería Mercedes de F1. Allí volvió a jugar un papel crucial para ganar más campeonatos mundiales, ya que las 'flechas plateadas' se convirtieron en la fuerza dominante de la parrilla.
Una verdadera leyenda y una enorme presencia en el paddock, Lauda deja un legado difícil de igualar y un vacío que será difícil de llenar. Un maestro del regreso, una personalidad única y parte de una rivalidad que definió una época única de la Fórmula 1, que nunca será olvidado por la comunidad del automovilismo.
MotoGP y Dorna Sports extiendieron sus más sentidas condolencias a todos los que Lauda deja atrás: su familia, amigos, equipo, deporte y paddock, en este momento tan difícil.
Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, dijo: “En Niki, he perdido a un amigo y a alguien con quien tenía una amistad muy especial. También era un gran fan de nuestro deporte y alguien que nos honró al visitar nuestro paddock siempre que lo hizo. Envío mis más profundas condolencias a su familia y a sus hijos. Mis pensamientos y los de nuestro deporte están con vosotros. Niki será increíblemente añorado por todos los que lo conocieron”.