"Estos coches son los que reclama este momento", dice Felix Kuhnert, director del sector automotor de la consultora Pricewaterhousecoopers. El diseño dinámico y el uso práctico siguen convenciendo a muchos nuevos clientes. Además, el consumo se mejora, a lo que hay que sumar el bajo precio actual del combustible.
Y por ello, todas las marcas quieren sacar provecho de este desarrollo. En Ginebra se actualizaron modelos existentes, se ampliaron las variantes o se presentaron versiones en tamaños nuevos. Y cada vez más marcas se suman a la tendencia. Por ejemplo, Seat presentó su primer todoterreno, el 20V20.
Aunque el prototipo deportivo de SUV de 4,70 metros es sólo una visión, el vehículo de tracción a las cuatro ruedas es la primera piedra para un todoterreno pequeño que llegará pronto al mercado, según el director de la marca, Jürgen Stackmann.
Un paso más avanzados están firmas como Renault y Mazda. La marca francesa deja a un lado el pequeño Capture para hacer hueco al más grande Kadjar, mientras la japonesa rebaja el CX-5 y lanza el CX-3 a pelear con el Opel Mokka y compañía.
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Quien quiera algo más elegante y lujoso en el segmento es mejor que mire los stands de las marcas nobles japonesas Infiniti y Lexus, que llaman la atención al irrumpir en el nicho de los SUV compactos y experimentar en otros. Aunque tanto el Lexus LF-SA como el Infiniti QX30 son sólo estudios, al menos el último se empezará a producir en serie a comienzos del año próximo, afirma el director de la marca, Roland Krüger. Hay una razón para tanta rapidez: la tecnología bajo el elegante SUV es la misma que la que usa el socio Daimler en el Mercedes GLA.
En el otro segmento de la escala está el Ssangyong Tivoli, nuevo buque insignia del fabricante surcoreano. Aunque el poderoso todoterreno sólo saldrá al mercado de momento con motor de gasolina y tracción delantera, lo hará a un precio inferior a los 17,000 euros (18,400 dólares). También desde Corea llega otro modelo: Hyundai jubila en Ginebra el iX35 y a cambio recupera el nombre de Tucson.
No sólo marcas y modelos se extienden en el segmento de los todoterrenos, sino que también los ya existentes se diversifican. Así, Land Rover ha anunciado el primer SUV-Cabrio moderno basado en el renovado Evoque, presentado en el Salón. Y Mercedes emula el éxito del BMW X6 con el GLE Coupé de diseño deportivo.
Pero sin duda la variante SUV más elegante la ofrece Aston Martin. El fabricante de deportivos se sube al tren de los todoterrenos al planear el primer modelo crossover, según lo visto en el prototipo DBX. "¿Quién dice que un Gran Turismo no puede ser familiar y práctico?", se pregunta el director de la firma, Andy Palmer.
¿Todoterrenos como modelos "lifestyle" con vista abierta al cielo, con la silueta de un coupé o con la estatura de un deportivo? Mercedes se aleja de todos esos trucos con la Clase G, que renuncia a redondeces y presenta en el Salón el anguloso estudio 4x4hoch2.
En la próxima feria del automóvil aún podría haber más sorpresas, ya que la tradicional firma Borgward presentará en septiembre en Fráncfort un todoterreno compacto. Y hasta Rolls-Royce está dispuesto a mancharse de barro, pese a haberse preciado durante años de que sus lujosos vehículos no tienen nada que hacer en la tierra. Poco antes de Ginebra anunció la salida al mercado de un SUV, aunque la marca británica afirma que aún habrá que esperar unos años.
Llegar tarde no impide lograr un buen negocio en el segmento, según afirma el consultor Kuhnert, que, sin embargo, avisa de que el boom tarde o temprano se acabará. Y no sólo porque los modelos altos, anchos y pesados no podrán cumplir los requisitos europeos de emisión de dióxido de carbono, sino porque también "el gusto del consumidor volverá a cambiar", aventuró un alto dirigente de Volkswagen.
"Cuando en unos años casi todos en la carretera estén sentados en el alto trono de un todoterreno, los primeros clientes empezarán a buscar algo diferente, nuevo, y querrán en algún momento volver a estar cerca del suelo", afirmó.