bp Energy Outlook 2020

bp Energy Outlook 2020

La edición 2020 del documento bp Energy Outlook explora posibles rutas para la transición global de energía, la manera en la que los mercados globales de energía pueden evolucionar a lo largo de los siguientes 30 años y las incertidumbres clave que pueden darle forma.

Con vistas al año 2050 (una década más que la prevista en ediciones anteriores) el Outlook se enfoca en tres escenarios principales.

Los escenarios principales consideran que la demanda de energía global seguirá incrementándose durante al menos una parte del periodo de aquí al 2050. Sin embargo, a lo largo de este tiempo, la estructura de la demanda cambia fundamentalmente, con un papel cada vez menor para los combustibles fósiles, compensado por un incremento cada vez mayor en la participación de la energía renovable, así como un mayor papel de la electricidad.

El Economista en Jefe de bp, Spencer Dale, presentó el día de hoy el Energy Outlook al inicio de una serie de exposiciones para el mercado de capitales que se lleva a cabo esta semana. En este evento el CEO de bp, Bernard Looney y el equipo de liderazgo de la compañía ofrecerán más detalles sobre la nueva estrategia de bp presentada el mes pasado.

Bernard Looney comentó: “El documento bp Energy Outlook es invaluable para ayudarnos a entender el cambiante panorama de la energía y fue de gran importancia para ayudarnos a desarrollar nuestra nueva estrategia. Este año el Outlook se extiende hasta una década posterior a la que llegaba antes, hasta el 2050, el año para el cual pretendemos lograr nuestra ambición de llegar a Cero Emisiones.

“Aunque la pandemia ha reducido de manera dramática las emisiones globales de carbono, el mundo sigue yendo por un camino que no resulta sustentable. Sin embargo, el análisis en el Outlook demuestra que, con medidas políticas tomadas con decisión y con más opciones de bajo consumo de carbono tanto de las compañías como de los consumidores, la transición de energía se puede lograr.

“Es una de las razones por las cuales sigo siendo optimista sobre el futuro y espero que los lectores encuentren que el reporte les es de utilidad, dado que todos estamos esforzándonos por marcar la diferencia”.

Tres escenarios

El Energy Outlook 2020 explora la transición energética hasta el año 2050, usando tres escenarios principales. No se trata de predicciones, sino que, con base en suposiciones alternativas sobre políticas y preferencias de la sociedad, están diseñados para ayudar a explorar el rango de resultados posibles a lo largo de los próximos treinta años.

El escenario Rapid asume la introducción de medidas políticas tomadas a partir de un incremento significativo en los precios del carbono, que dan como resultado que las emisiones de carbono procedentes del uso energético caigan en cerca de 70 por ciento para el año 2050 en comparación con los niveles de 2018. El escenario Rapid está alineado, en gran medida, con los escenarios que son consistentes con la limitación del incremento de las temperaturas globales para el año 2100, hasta llegar a niveles significativamente menores de 2°C por arriba de los niveles preindustriales.

El escenario Cero Emisiones asume que las medidas de políticas públicas se ven reforzadas por cambios significativos en los comportamientos y preferencias tanto de la sociedad como de los consumidores, tales como una mayor adopción de economías circulares y compartidas, y el cambio a fuentes de energía de bajo carbono. Esto incrementa la reducción de las emisiones de carbono a más de 95 por ciento para el año 2050. El escenario Cero Emisiones está en gran medida alineado con una variedad de escenarios que son consistentes con la limitación de los incrementos en la temperatura a 1.5°C.

El escenario Business-as-usual (las cosas como hasta ahora o BAU, por sus siglas en inglés) asume que las políticas gubernamentales, las tecnologías y las preferencias de la sociedad siguen evolucionando de una manera y a una velocidad que ya han sido vistas en el pasado reciente. En el escenario BAU, las emisiones de carbono a raíz del uso energético alcanzan su punto máximo a mediados de la década de 2020, pero no bajan de forma significativa, así que las emisiones para el año 2050 son tan solo 10% menores a las de los niveles del año 2018.

Tanto en el escenario Rapid como en el de Cero Emisiones se asume que hay un incremento significativo en los precios del carbono, con lo que se alcanzan $250/tonelada de CO2 en el mundo desarrollado para el año 2050 y $175/tonelada en las economías emergentes. Esto es mucho más bajo en el escenario BAU, con los precios del carbono llegando a tan sólo $65 y $35/tonelada de CO2 para el año 2050 en promedio, en las economías desarrollada y emergente respectivamente.

Spencer Dale comentó: “El papel del documento Energy Outlook no es el de predecir o vaticinar cómo es probable que cambie el sistema de energía a lo largo del tiempo. No podemos predecir el futuro; todos los escenarios que se discuten en el Outlook de este año podrían estar equivocados. En lugar de predecir, el Outlook hace uso de distintos escenarios para ayudar a entender mejor el rango de incertidumbre al que nos enfrentamos, a medida que el sistema de energía hace su transición a un mundo con menores niveles de carbono. Mejorar nuestra comprensión de esta incertidumbre es un recurso importante para diseñar una estrategia que sea robusta y resistente ante la variedad de resultados a los que podríamos enfrentarnos.

Temas clave del Outlook

Mayor demanda de energía: en los tres escenarios, la demanda global de energía se incrementa, impulsada por una mayor prosperidad y mejores estándares de vida en el mundo emergente. La demanda de energía primaria alcanza un nivel estable durante la segunda mitad del Outlook en los escenarios Rapid y en Cero Emisiones, a medida que se aceleran las mejoras en la eficiencia energética. En el escenario BAU, la demanda sigue incrementándose a lo largo del Outlook, alcanzando niveles que son mayores en cerca de 25 por ciento para el año 2050.

Sistemas de energía global fundamentalmente reestructurados: la transición a un sistema de energía menor en carbono da como resultado una mezcla más diversa de energías, ya que los tres escenarios ven un declive en la proporción del sistema global de energía que corresponde a los hidrocarburos y al incremento correspondiente en energía renovable, a medida que el mundo se electrifica cada vez más. La escala del cambio varía significativamente en todos los escenarios, con un declive en la proporción del uso de los hidrocarburos como energía primaria de cerca del 85 por ciento en el año 2018 hasta llegar a 65-20% para el año 2050, considerando que la energía renovable se incrementa entre el 20-60 por ciento.

Menor demanda de crudo: todos los escenarios ven caer la demanda de crudo a lo largo de los próximos 30 años: 10 por ciento menor para el año 2050 en el escenario BAU; alrededor de 55 por ciento menos en el escenario Rapid y 80 por ciento menos en el escenario Cero Emisiones. En BAU la demanda alcanza un punto constante al principio de la década de 2020 y tanto en Rapid como en Cero Emisiones la demanda de crudo jamás se recupera por completo tras la caída provocada por el Covid-19. El decremento en la demanda de crudo se ve impulsado por la cada vez mayor eficiencia y electrificación del transporte terrestre. En los tres escenarios el uso de crudo en el transporte alcanza el punto más alto durante la segunda mitad de la década de 2020. La proporción de crudo que satisface la demanda por parte del transporte cae desde más del 90 por ciento en el año 2018 hasta alrededor del 80 por ciento en el año 2050 en el escenario BAU, pero hasta 40 por ciento en el escenario Rapid y a tan sólo 20 por ciento en el escenario Cero Emisiones.

Gas más resiliente: el panorama para el gas se ve auxiliado por una demanda con una base muy amplia y por la cada vez mayor disponibilidad de suministros a nivel global. La demanda a nivel mundial varía de manera significativa en cada uno de los escenarios. Logra su punto más alto a mediados de la década de 2030 en el escenario Rapid y a mediados de la década de 2020 en el escenario Cero Emisiones, y en esos dos escenarios para el año 2050 es generalmente similar al año 2018 y cerca de un tercio menor, respectivamente. En el escenario BAU, la demanda de gas se incrementa durante los siguientes 30 años hasta llegar a ser cerca de una tercera parte mayor para el año 2050. El gas natural puede potencialmente jugar dos papeles importantes en una transición acelerada hacia un sistema de energía de bajo carbono, apoyando un menor uso de carbón en economías en desarrollo y de rápido crecimiento en las que los combustibles renovables y otros combustibles no fósiles no pudieran tener un crecimiento lo suficientemente rápido para reemplazar al carbón; y en combinación con la tecnología CCUS (captura y secuestro de carbono) como una fuente de electricidad (casi) sin carbono. El gas, en combinación con la tecnología CCUS representa entre 8 y 10 por ciento de la energía primaria para el año 2050 en los escenarios Rapid y Cero Emisiones.

Las energías eólica y solar liberan el rápido crecimiento de la energía renovable: las renovables son la fuente de energía de mayor crecimiento durante los próximos 30 años en todos los escenarios. La proporción de energía primaria procedente de recursos renovables se incrementa del 5 por ciento en el año 2018 hasta el 60 por ciento en escenario Cero Emisiones, al 45 por ciento en el escenario Rapid y al 20 por ciento en el escenario BAU. Las energías eólica y solar dominan este crecimiento, respaldadas por caídas continuas en sus costos de desarrollo, que serán más bajas para el año 2050, en 30 por ciento para la energía eólica y 65 por ciento para la solar en el escenario Rapid y 35 por ciento para la energía eólica y 70 por ciento para la solar en el escenario Cero Emisiones. El crecimiento requiere una aceleración significativa en la construcción de la capacidad renovable. En Rapid y Cero Emisiones el promedio anual se incrementa en la capacidad eólica y solar durante la primera mitad del Outlook hasta 350 GW y 550 GW respectivamente, en comparación con el promedio anual de alrededor de 60GW desde el año 2000.

El mundo se sigue electrificando: la eliminación de carbono en el sistema de energía lleva a que mayores cantidades de energía para uso final sea electrificada. Para el año 2050 la proporción de electricidad en el consumo final total se incrementa desde poco más de 20 por cientoen el año 2018 hasta 34 por ciento en BAU, 45 por ciento en Rapid y más del 50 por ciento en Cero Emisiones. El crecimiento de la generación global de energía se ve dominado por la energía renovable, que representa todo el crecimiento en Rapid y Cero Emisiones y por casi tres cuartos en el escenario BAU. La cambiante mezcla de combustibles, en combinación con el mayor uso de la tecnología CCUS, hace que las emisiones de carbono del sector eléctrico disminuyan en más de 80% en escenario Rapid, en comparación con el 10 por ciento en el escenario BAU.

Crecimiento en hidrógeno y bioenergía: a medida que el sistema energético elimina el carbono de forma progresiva, hay un mayor papel tanto para el hidrógeno como para la bioenergía. El uso de hidrógeno se incrementa en la segunda mitad del Outlook en Rapid y Cero Emisiones, particularmente en actividades que cuestan más trabajo y más dinero electrificar. Para el año 2050, el hidrógeno representa alrededor del 7 por ciento del consumo final de energía (excluyendo no combustible) en el escenario Rapid y el 16 por cientoen el escenario Cero Emisiones. El cambio de paradigma en comparación con los hidrocarburos tradicionales también lleva a un papel mayor para la bioenergía, incluyendo: biocombustibles líquidos que se usan en gran medida en el transporte; biometano que puede sustituir al gas natural; y biomasa que se usa de forma predominante en el sector energético. Para el año 2050 la bioenergía representa alrededor del 7 por ciento de la energía primaria en Rapid y casi el 10 por ciento en Cero Emisiones.

El mundo se encuentra en un camino que no es sustentable: los escenarios muestran que lograr una caída rápida y sostenida en las emisiones de carbono probablemente requiera una serie de medidas políticas, impulsadas por un incremento significativo en los precios del carbono. Estas políticas podrían necesitar ser reforzadas por cambios en los comportamientos y las preferencias de las sociedades. Retrasar estas medidas de políticas públicas y estos cambios en la sociedad podría llegar a incrementar de manera significativa la escala del desafío y llevar a costos económicos adicionales y a una disrupción que serían significativos. Los riesgos de dicho retraso también son explorados en un escenario adicional llamado Retrasado e Incontrolado en el Outlook de este año.

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