"Lamento decir que los resultados son peores de lo esperado", afirmó el máximo directivo de Nissan Motor, Makoto Uchida, en la presentación de los datos en la sede central de la firma, en la ciudad de Yokohama, al sur de Tokio.
En los nueve meses cerrados a diciembre pasado, Nissan informó de que entre abril y diciembre pasados sus ventas globales cayeron un 8.1 por ciento, hasta 3.7 millones de vehículos.
En Japón las ventas en el número de unidades bajaron un 6.9 por ciento, en China cedieron un 0.4 por ciento, en Norteamérica se redujeron un 10.2 por ciento y en Europa se desplomaron un 16.2 por ciento.
Entre abril y diciembre pasados, Nissan Motor anotó un beneficio neto de 39,273 millones de yenes (329 millones de euros/358 millones de dólares), un 87.6 por ciento menos que en los tres primeros trimestres del ejercicio fiscal de 2018.
Las ventas llegaron a 7.51 billones de yenes (62,850 millones de euros/68,386 millones de dólares), con un descenso del 12.5 por ciento respecto al período comprendido entre abril y diciembre de 2018.
Además, el beneficio operativo cayó entre abril y diciembre pasados un 82.7 por ciento, hasta 54,343 millones de yenes (455 millones de euros/495 millones de dólares).
Sólo en el tercer trimestre de su ejercicio fiscal, Nissan Motor arrojó unas pérdidas netas de 26,092 millones de yenes (218 millones de euros/238 millones de dólares), frente al beneficio neto que tuvo en el mismo trimestre del ejercicio de 2018, que fue de 70,405 millones de yenes (590 millones de euros/641 millones de dólares).
Las ventas trimestrales entre el 1 de octubre de 2019 y el 31 de diciembre de 2019 cayeron un 18 por ciento respecto al tercer trimestre de 2018.
En la presentación de los resultados, Uchida, presidente y CEO de la compañía, dio nuevos datos que revisan a la baja cálculos previos como las perspectiva de ventas, y que estiman que a nivel global cerrará el ejercicio con un descenso del 8.4 por ciento, frente a la caída del 3.6 por ciento que había previsto en noviembre pasado.
En China prevé que sus ventas bajen un 1.1 por ciento, ello sin tener en cuenta el impacto del coronavirus que surgió en la ciudad china de Wuhan en enero pasado y que ha generado serios problemas en la cadena de producción de Nissan en ese país.
Nissan Motor calcula que cerrará el año fiscal de 2019 con 5.05 millones de vehículos vendidos, un 3.6 por ciento menos que el cálculo hecho en noviembre pasado y un 8.4 por ciento menos que lo vendido en el ejercicio de 2018.
Esta revisión a la baja se hace a pesar del proceso de transformaciones que está impulsando la firma tras la salida de Carlos Ghosn como presidente de Nissan Motor, a raíz de su arresto en Tokio el 19 de noviembre de 2018 por irregularidades financieras.
El arresto de Ghosn, que terminó fugándose clandestinamente a Beirut mientras estaba en libertad bajo fianza, a la espera del juicio, generó una tormenta corporativa en Nissan y forzó un relevo en la máxima dirección de la firma y el diseño de un profundo programa para intentar remontar los malos resultados.