Por ello, explicó la definición de infraestructura como el conjunto de servicios públicos que tiene una ciudad para dar mayor bienestar social a su habitantes. Mencionó que el contexto social federal de la época fue el porfiriato, mismo que comprendió tres etapas: la primera de 1876 a 1888 donde se dio la instauración del régimen por medio de la paz en todo el país; el segundo periodo fue de 1889 a 1899 y fue la etapa donde se dio una expansión en los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales en todos los niveles de gobierno, y la última etapa fue de 1900-1910, con la decadencia del régimen.
Dijo que las mejoras materiales se dieron de 1889 a 1893 gracias al apoyo que el Ejecutivo tenía de sus autoridades municipales, que funcionaban como una sola administración. Y agregó que Toluca en ese periodo estaba conformado por 10 barrios y una cabecera municipal con una población de 18,263 personas; para 1894 la cantidad de habitantes pasó a 20,127 y la extensión territorial era de 2,480 metros, la ciudad estaba distribuida en ocho cuarteles divididas en 91 manzanas, 92 calles y 112 callejones. Para estos cuatro años hubo varios presidentes municipales y la mayoría de obras realizadas fueron de urbanización dividido en mejoramiento de calles, infraestructura hidráulica y mejoramientos de edificios o espacios públicos.
En cuanto a Mejoramiento de calles se trabajó sobre empedrados, embanquetamientos, tapado de agujeros, puentes y la alineación, así como bóvedas de ríos y mejoramiento de edifico y espacios públicos. También las obras en mejoramiento del rastro, de la cárcel, el mercado; también hubo obras privadas como casas e iglesias como La Capilla de Dolores, de estilo neoclásico que se ubica en Instituto Literario y Allende; la casona ubicada en Hidalgo #202 hoy la Panadería “La Libertad”, entre otros inmuebles arquitectónicos ubicados en el primer cuadro de la capital mexiquense.