Preocupa a China la reforma fiscal del gobierno de Trump

Preocupa a China la reforma fiscal del gobierno de Trump

La economía de China debe de tomar medidas para evitar que la reforma fiscal en Estados Unidos la afecte, recomendó el rotativo Global Times.

En un análisis publicado en su sección Expert Assesment, señala que esa reforma va a tener un fuerte impacto en todo el mundo, inclusive con el disparo de una crisis económica global.

Podría generar una ola de recortes de impuestos en todo el mundo, y ya varias economías importantes del mundo han comenzado a analizar sus propias reducciones impositivas.

Reino Unido e India ya comenzaron la aplicación de reducciones impositivas a impuestos corporativos, y es probable que Alemania y Francia lo hagan, señala el análisis escrito por la experta Liu Dian.

La madrugada del pasado sábado 2 de diciembre el Senado estadunidense aprobó la reforma fiscal propuesta por el presidente Donald Trump, que estos días se articula con la que aprobó la Cámara de Representantes el 16 de noviembre.

Las líneas generales apuntan a las grandes corporaciones como las principales beneficiadas por la reducción del impuesto de sociedades del actual 35 por ciento a 20 por ciento, menores que los de Francia y Japón.

El monto que se deja exento a las familias se duplica al pasar de 12,000 dólares a 24,000 por pareja, y elimina sanciones para aquellos que carezcan de seguro médico, lo que elimina un elemento de la Obamacare.

Se preve que antes de que concluya 2017 la comisión bicameral habrá concluido su trabajo de conciliación y la ley podrá ser promulgada por Trump este mismo año, en su primera victoria política en el año inicial de su gestión.

Liu puntualiza que para China esa reforma puede llevar al retiro masivo de capitales foráneos de su economía, presionando su crecimiento económico y generando incertidumbre a la disminución de los controles de capital.

El yuan, la moneda china, podría debilitarse por el fortalecicimiento que se espera tenga el dólar en el mediano y largo plazos.

La medida más importante es el manejo de las salidas de capital para evitar riesgos financieros sistémicos, por ejemplo imponiendo un impuesto a las ganancias o salidas de capital.

Se construiría así una especie de "presa" que prevendría salidas masivas de capitales en el corto plazo, y una tasa impositiva que debería de ajustarse cuando fuera necesario.

También recomienda un mecanismo de alerta temprana para la salida de capitales y salvaguardar el funcionamiento de industrias.

Pero lo más importante, dice la analista adscrita al Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China, es que el país se encargue de sus propios asuntos y mantenga la estrategia.

Se debe de mejorar la planeación y la distribución de capacidades en el mercado global, construir un mercado nacional de capitales y mejorar la competitividad a escala global, así como atraer capital internacional a China.

Otras economías también toman sus propias previsiones. Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España, se han quejado en una carta a Washington de que la reforma discrimina a las multinacionales no estadunidenses.

Ciertas medidas podrían distorsionar el comercio internacional, señalan los ministros de finanzas de esos países europeos.

La queja, enviada a Steven Mnuchin, secretario estadunidense del Tesoro, fue firmada por Peter Altmaier, ministro de Finanzas alemán en funciones y Philip Hammond, canciller del Tesoro británico.

También por Bruno Lemaire, ministro de Finanzas francés, Pier Carlo Padoan, ministro de Finanzas italiano y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda español, señala el diario español Expansión.

En particular cuestionan el impuesto de 20 por ciento a pagos que se realicen a empresas con sede fiscal fuera de Estados Unidos, a menos que tenga relación efectiva con una empresa de ese país.

Otra queja es evitar la deducibilidad y aplicar un impuesto de 10 por ciento a transacciones financieras entre filiales de un mismo grupo cuando una esté en Estados Unidos y otra fuera de ese país, con bancos y aseguradoras como las más afectadas.

Y por último reclaman el impuesto preferencial de 12.5 por ciento a ingresos intangibles obtenidos fuera de Estados Unidos, pues equivaldría a un subsidio a las exportaciones, por lo que podrían quejarse ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).

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