El coordinador de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana e investigador en neurociencias, Oscar Galicia, añadió que esos trastornos se derivan de situaciones como la vivida por el sismo del martes pasado.
“Pueden sufrirlos tanto las personas que han tenido pérdidas tras el sismo, los rescatistas y brigadistas, así como aquellos que se sienten abrumados tras el temblor”, expresó de acuerdo con un comunicado de esa institución educativa.
Frente a ello, recomendó a quienes se sienten afectados acercarse con un especialista que les permita expresar todo lo que están sintiendo y percibiendo, pues de otra forma los pensamientos quedan de una forma desordenada.
“Para quienes perdieron su patrimonio y seres queridos es difícil de procesar la situación que están viviendo. Están pasando por un periodo de pérdida agudo, en donde el dolor es lo que predomina en sus respuestas, no hay lógica, explicación o nada que valga que les quite ese dolor”, señaló.
Dijo que para las personas que tuvieron fuertes pérdidas tras el temblor pasarán por las etapas de duelo, dolor, negación, enojo y resolución, las cuales se manifestarán de diferentes formas según la personalidad y sus recursos psicológicos.
Remarcó que así como hay personas que pueden quedar atorados en cualquier etapa, hay quienes logran llegar a la resolución.
“En México, tenemos una cultura de la salud mental prácticamente inexistente. Las personas creen que ellos solos tienen que lidiar con situaciones como ésta y entender el por qué se sienten tristes, con miedo o por qué no comen ni duermen”, explicó.
Sin embargo, comentó que es importante que las personas sepan que no tienen porque saber cómo lidiar con la situación, pero sí que hay personas que saben lidiar con ello.
El coordinador de la Licenciatura en Psicología en la Ibero resaltó que la sensación de alerta que vive actualmente la población es, hasta cierto punto, normal.
“Sentir inseguridad, incluso, padecer insomnio, es una de las formas defensivas características del estado de alerta”, expuso.
Comentó que una de las cosas que provoca un terremoto es que vulnera el espacio más seguro que tiene una persona, que es su casa, situación que deja a un individuo absolutamente vulnerable, porque no puede hacer nada para defenderse.
“Es algo que es profundamente lacerante para la seguridad de las personas. Y te hace reflexionar sobre la vulnerabilidad que tenemos; crea sensación de inseguridad en todo momento y en todo lugar".
Además, "se generaliza por donde vayas, en el Metro, en la escuela, en el trabajo, se tiene la idea recurrente de escuchar las alertas sísmicas y sentir que todo se mueve. Hay una respuesta de sobresalto que es muy normal", puntualizó.