Cuando los diseñadores sueñan con el coche del mañana, no piensan en vehículos convencionales, sino que son autónomos, inteligentes, cambian de forma y de color con sólo pulsar un botón e incluso logran la energía con procesos microbiológicos. Estas visiones son las que llevarán los creativos al concurso de diseño en el Salón del Automóvil de Los Angeles a final de noviembre.
Los participantes han sido invitados por los fabricantes a imitar la naturaleza y encontrar nuevas soluciones a atascos, accidentes y a la contaminación medioambiental. Incluso hay diseños de vehículos que recuerdan más a biomáquinas que a coches.
Que el diseño no sea realizable en la práctica es lo de menos en el Design Challenge.
