Por ello, avaló en lo general y en lo particular, con 270 votos a favor, 61 en contra y una abstención, el dictamen a la minuta enviada por el Senado, para reformar el artículo 4 de la Ley del Servicio Postal Mexicano, el cual fue turnado al Ejecutivo federal para sus efectos constitucionales.
El documento de la Comisión de Comunicaciones establece que es esencial aprovechar la infraestructura tecnológica y los programas digitales innovadores en el Sepomex y garantizar la máxima cobertura, a fin de eliminar obstáculos que limitan el potencial productivo de ciudadanos y empresas.
Esta reforma dota a ese servicio de nuevas herramientas para competir con mayor eficiencia en el mercado y convertirlo en un factor que agrega valor a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), así como al mercado de empresas emergentes, que no siempre cuentan con la infraestructura para enviar sus ventas de manera segura y rápida.
Sobre todo, porque la estructura del mercado de mensajería ha evolucionado y requiere aprovechar al máximo las novedades de infraestructura logística del país; “el gran reto es atender la demanda de los servicios derivados del comercio electrónico”.
Con el actual marco jurídico, Sepomex enfrenta desventajas frente a los más de 2,500 competidores que operan en el territorio nacional, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Mensajería y Paquetería, ya que el 80 por ciento de los socios se especializan en la entrega de correspondencia puerta a puerta y el 20 por ciento restante lo conforman servicios complementarios.
Al fijar su postura, la diputada Margarita Cuata Domínguez (Morena) consideró que nuevamente se enfrenta la venta y privatización de otro bien del Estado, pese a que el Servicio Postal ha permitido el desarrollo de las comunicaciones entre los pueblos y regiones del país e intercontinental en el mundo globalizado.
Refirió que con el paso de los años y el uso de nuevas tecnologías ha quedado en el olvido la misión de correos como factor de inclusión de la población, así como seguir siendo un servicio público prestado por el Estado, a causa del sistema económico capitalista neoliberal adoptado que claramente ha fracasado y se ha demostrado con los años.
En 2014, Sepomex reportó ingresos por 4,961 millones de pesos, incremento de 1.5 por ciento respecto de 2013. Al cierre de 2014 reportó 18,625 empleados con 1,556 oficinas de reparto en el país, y demuestra que sigue siendo una empresa rentable para el Estado.
Sin embargo, malos manejos y la tendencia a privatizar todas las empresas productivas del Estado las deja en el abandono sin invertir para modernizarla; a pesar de que cuenta con la infraestructura y capital humano con la experiencia requerida, “propician que miles de trabajadores serán, sin duda, despedidos”.
Por Movimiento Ciudadano, el diputado Macedonio Tamez Guajardo consideró esta reforma “como la única fórmula de salvación que participen entidades público-privadas en el Servicio Postal Mexicano, como ya ha sucedido exitosamente en otros países, deseando que este servicio resurja como el ave fénix”.
El servicio postal no sólo es emblemático de las comunicaciones del país, sino también porque es la forma de comunicarse de los pobres, ya que las personas más alejadas llevan todavía al correo su cartita y paquete, pese a que “éste los atiende mal y tarda mucho en la entrega y a veces los pierde”, explicó.
A través de los años se ha dejado caer el servicio postal, ya que las oficinas de Correos “están llenas de polvo, con expedientes amontonados y bolsas de correspondencia, los empleados desmotivados y mal pagados, lo que parece indicar que el Estado mexicano de tiempo atrás decidió abandonar algo tan importante como el Servicio Postal”, sostuvo.