Detección de fugas, clave para garantizar calidad en autopartes

Detección de fugas, clave para garantizar calidad en autopartes

Los cada vez más estrictos estándares ambientales y de seguridad continúan impulsando la necesidad global de tener métodos más precisos para asegurar que los componentes automotrices sean confiables a prueba de fugas.

Más de 1,000 pruebas de fugas son realizadas a un automóvil promedio y sus componentes antes de que ruede fuera de la línea de ensamble final o llegue al piso de venta de una concesionaria. Los elementos de frenado, combustible y otros sistemas críticos de seguridad se prueban varias veces para detectar fugas, así como componentes de transmisión, contenedores de fluidos y llantas.

Los principales fabricantes de automóviles y sus proveedores confían más que nunca en los detectores de fugas para realizar pruebas precisas en sus componentes, de acuerdo con Thomas Parker, gerente de ventas automotrices de Inficon Norteamérica.

"Las exigencias de calidad y las normas cada vez más estrictas sobre emisiones están aumentando los estándares de la industria", comenta Parker, quien señala que los generadores de sistemas dependen de procedimientos de calidad para la detección de fugas, utilizados en las pruebas de ensamblaje final de un gran número de partes automotrices, incluyendo tanques de combustible, componentes de aire acondicionado y bolsas de aire.

Parker afirma que los métodos tradicionales de baño de agua o de decaimiento de presión ya no son suficientes para satisfacer nuevos estándares de calidad, mientras que las pruebas de vacío a menudo son demasiado costosas y requieren mucho tiempo.

Explica que Inficon ha desarrollado una tecnología patentada de detección de fugas para ayudar a reducir los costos de ensamble y cumplir con los esfuerzos de la industria automotriz para mejorar la calidad. Los nuevos sistemas de prueba de la empresa usan helio o hidrógeno, por lo que no requieren un costoso proceso de vacío.

La detección temprana de una fuga, incluso la más pequeña, juega un papel clave en la reducción de costos y la mejora de la satisfacción del cliente, de acuerdo con Parker. Cuanto antes se detecte una fuga más rápido se puede corregir o eliminar mediante mejoras en el proceso de fabricación.

La mayoría de los fabricantes usan pruebas de aire básicas, también conocidas como prueba de decaimiento de presión, para verificar fugas en los motores y las transmisiones en una base de paso-fracaso. A continuación, se debe utilizar un gas "trazador" de helio o hidrógeno más sofisticado para identificar las ubicaciones de fugas reales, aunque algunos fabricantes todavía utilizan pruebas de agua anticuadas.

Parker estima que las fugas que requieren arreglos o reparaciones se encuentran en más del 25 por ciento de los motores y transmisiones que se producen anualmente para automóviles, camiones ligeros y vehículos comerciales vendidos en América del Norte.

"El compromiso de Inficon para procesar el conocimiento, la consultoría y la capacitación para nuestros clientes aumenta en gran medida el éxito que nuestro equipo ha logrado en toda la industria automotriz", añadió.

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