"La última vez que corrí en Monza fue en 2006. Este circuito es un clásico, con un montón de personalidad y es diferente a cualquier otro. Por eso me gusta pilotar en Monza, ya que entre los circuitos modernos es excepcional encontrar uno que es único", explica el barcelonés en declaraciones que difunde su escudería.
"Además, en Monza hay que pilotar de una manera diferente. Las velocidades son muy altas, se usa poca carga aerodinámica, tiene grandes frenadas y hay que cortar mucho las variantes. Todo eso lo convierte en un trazado muy exigente, especialmente para los motores, los frenos y las suspensiones", agrega.
Por eso, De la Rosa considera que "no va a ser un fin de semana nada fácil" para su equipo. "No es un lugar que se adapte demasiado bien a nuestro coche. Pero ya hemos demostrado, por ejemplo en Budapest, que podemos hacerlo bien en sitios que en teoría son difíciles para nosotros. Siempre me gusta ir a Italia y estoy deseando que empiece", concluye.