La Fórmula 1, la gran invitada del desgarrado Baréin

La Fórmula 1, la gran invitada del desgarrado Baréin

A pesar de todas las advertencias de los últimos días, Baréin, un país profundamente dividido, recibe como invitada a la Fórmula 1 con un ambiente que está lejos de ser pacífico.

En 2011 el Gran Premio fue cancelado por los disturbios entre los defensores del gobierno y los manifestantes. Este año, a pesar de las amenazas y advertencias, se disputará la carrera del desierto. Los organizadores descartan cualquier ataque y aseguran que pilotos y equipos no tienen nada que temer.

Pero el país del Golfo Pérsico no respira un clima de paz. Desde el comienzo de las protestas en febrero de 2011 han muerto casi 50 personas por los enfrentamientos entre el Estado, mayoritariamente apoyado por los sunitas, y los chiítas de la oposición.

La mayoría de ellos murió en batallas callejeras, siempre sangrientas, entre la policía y los manifestantes.

Siete policías fueron heridos la semana pasada por la explosión de un artefacto en un pueblo chií. Poco después, un grupo de sunitas atacó un supermercado propiedad de chiítas.

Activistas y testigos denunciaron hoy que la policía utilizó gas lacrimógeno durante unos disturbios el lunes por la noche en el pueblo de Salmabad, al sur de la capital del país, Manama.

El británico John Yates, asesor de seguridad contratado por el Ministerio de Interior de Baréin, aseguró que las medidas de seguridad se mantendrán "en silencio y con discreción".

No hay riesgo para los pilotos, escuderías ni aficionados, dice. Las fuerzas de seguridad están preparadas para prevenir posibles acciones de los manifestantes en la pista.

"Una nación celebra unida", dice el lema de las autoridades de Baréin para el Gran Premio. Sin embargo, refleja mejor el pensamiento de la monarquía que la propia realidad.

Muchos partidarios del movimiento de protesta exigieron la cancelación de la carrera. International Crisis Group calificó de arriesgada la situación del país.

"Bajo una fachada de normalidad, Bahréin se expone a un nuevo estallido de la violencia", señalaron los expertos de la organización no gubernamental.

Sin embargo, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) no se planteó la cancelación del Gran Premio de Baréin por segundo año consecutivo. "La FIA es una organización deportiva. Nos interesa el deporte", aclaró con frialdad el presidente del máximo organismo del motor, Jean Todt.

El conflicto en Baréin comenzó en febrero de 2011 después de la revolución de Túnez. La oposición intentó convertir el reino en una monarquía constitucional en la que el órgano de gobierno fuera un Parlamento y no el rey.

Esto supondría la pérdida de poder de la familia del rey Hamad bin Issa al-Khalifa, que pertenece a la privilegiada minoría sunita.

La policía intentó frenar las protestas mediante la fuerza, pero las demandas de los manifestantes se radicalizaron: "¡Abajo con el rey Hamad!"

La Fórmula 1 tampoco se libró de las críticas. Más de dos decenas de trabajadores del circuito fueron despedidos en 2011 por haber participado en las revueltas. Ahora todos han sido recontratados, aseguran los dirigentes del circuito de Skahir.

Temas relacionados
Cargando...
Load next