Según la entidad, la brecha entre el consumo real y el oficial nunca fue tan grande como ahora. Hace diez años, la diferencia era de cerca de un 10 por ciento, recuerda la ICCT y destaca que esto cuesta los automovilistas unos 450 euros (570 dólares) más al año.
La federación de la poderosa industria automotriz de Alemania (VDA) subrayó en declaraciones a dpa que las pruebas realizadas por las automotrices están certificadas y destacó que suele haber diferencias en el consumo de combustible en pruebas de laboratorio y el consumo en el tráfico real.
La ICCT investigó para el estudio más de medio millón de vehículos.