En un comunicado, el Ejecutivo comunitario confirmó que durante el día de hoy se han investigado las sedes de varias compañías en dos Estados miembros, sin especificar cuáles.
La CE sospecha que las compañías "podrían haber ofrecido información distorsionada sobre precios" a las autoridades competentes con objeto de "manipular los precios publicados para determinados productos derivados del petróleo y biofueles".
Bruselas también tiene indicios de que las compañías" podrían haber evitado que otras competidoras participaran en el proceso de evaluación de precios", también con la intención de manipular los precios finales.
Si se confirman estas prácticas, las compañías habrían infringido la normativa comunitaria de competencia y podrían enfrentarse a sanciones económicas.
Las inspecciones por sorpresa son un paso preliminar al proceso formal de investigación y prejuzgan el resultado de la misma, según explica la CE.
Los precios de los productos energéticos son evaluados por las autoridades competentes en el sector y sirven de referencia para el comercio en los mercados europeos y globales, señala la CE, que añade que incluso las "pequeñas distorsiones" en dichos precios pueden tener un impacto "enorme" en el crudo, los productos de petróleo refinados o los biocombustibles.