La ceremonia respectiva se celebró en el Palacio de La Moneda y fue encabezada por la presidenta, Michelle Bachelet, y el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría.
Con este paso, según dijeron fuentes oficiales, el único punto pendiente para Chile es que el Congreso Nacional apruebe el acta de ingreso, lo que se estima para la primera semana de marzo próximo.
Bachelet se reunió primero con Gurría en privado y después ambos se dirigieron al Patio de las Camelias, de la sede gubernamental, donde tuvo lugar la ceremonia de firma de los respectivos documentos.
En la misma también participaron los ministros chilenos de Hacienda, Andrés Velasco, y de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández.
Ahora, el documento será despachado al Congreso chileno, donde deberá ser ratificado por los parlamentarios, sin que exista la posibilidad de modificar el acuerdo.
El visto bueno legislativo debería ocurrir a más tardar en la primera semana de marzo, y una vez aprobado el ingreso, Chile se convertirá en el primer país suramericano miembro de la organización y el segundo en Latinoamérica, después de México.
El ingreso de Chile a la OCDE coincide con el 50 aniversario de la organización y con el bicentenario del país, y se produce tras una serie de reformas a las normativas reguladoras y legislativas de distinta índole, entre ellas algunas de inversiones, anticorrupción, política fiscal, gobierno corporativo y medio ambiente.
Gurría se mostró complacido por el ingreso de Chile al organismo y aseguró que este país tiene mucho que aportar a la institución, a la que algunos medios llaman "el club de los países ricos", pero al que la presidenta Michelle Bachelet prefiere referirse como "el club de las buenas prácticas".