"Con esta estrategia (...) lanzamos una señal para tener un sector siderúrgico innovador, moderno, sostenible, convencidos de que este objetivo es posible", afirmó el comisario europeo de Industria, Antonio Tajani, en la presentación del plan.
La iniciativa contiene medidas que pretenden garantizar la viabilidad del sector, mejorando su competitividad y con "acciones específicas para estimular la demanda" del acero, recurriendo a los sectores de la automoción y la "construcción sostenible".
En su plan, la CE propone un enfoque extenso, que apunta desde al comercio internacional hasta a la legislación europea, especialmente la medioambiental, los precios de la energía o la innovación.
Bruselas considera que la siderurgia europea puede beneficiarse de las oportunidades que ofrecen mercados en expansión, especialmente en los países en desarrollo, y propone facilitar su acceso a estos.
Al mismo tiempo, la CE promete "luchar" para proteger a las empresas comunitarias de las prácticas desleales, de manera que se garantice la "igualdad de condiciones" en el comercio del acero.
Otro de los puntos destacados del plan son las "medidas específicas" orientadas al empleo, que pretenden garantizar "el desarrollo de las aptitudes" de los trabajadores.
Los cierres realizados durante el proceso de reestructuración de varias empresas como el gigante siderúrgico ArcelorMittal han causado una importante destrucción de empleo en el sector desde el comienzo de la crisis, con una caída del 10 por ciento entre 2007 y 2011, según la CE.
El Ejecutivo europeo indicó que seguirá recurriendo a los fondos comunitarios disponibles para ayudar a recolocar a los empleados que han perdido su puesto en el sector, como el Fondo Social Europeo y el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización.
La CE afirma también que "trabajará" para reducir los precios de la energía en la UE, una de las cuestiones que minan la competitividad de la siderurgia al elevar los costes de producción a los que hacen frente.
Sin embargo, las competencias energéticas no dependen directamente de Bruselas, por lo que los progresos en este campo depende mayormente de los esfuerzos que hagan los Estados miembros para completar el mercado único energético europeo, que debería estar listo en 2014 y que, sin embargo, sufre retrasos.
La CE también se propone actuar para reducir los costes que asume el sector aligerando la carga administrativa que tienen que afrontar, para lo que revisará la regulación que afecta a la siderurgia y estudiará cómo hacerla más eficiente.