La planta, Teesside Cas Prodeucts, lleva amenazada de cierre desde el año pasado cuando un consorcio internacional se salió a mitad de plazo de un contrato que tenía una vigencia de diez años.
El gobierno laborista de Gordon Brown se ha comprometido a hacer todo lo posible para impedir el cierre definitivo, que pondría fin a cerca de 170 años de producción siderúrgica en esa localidad costera.
Hay informaciones de que algún grupo está considerando la posibilidad de lanzar una oferta de última hora por la planta.
El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo el jueves que su Gobierno "busca desesperadamente" nuevas inversiones para una planta industrial que "no debería hundirse" y en la que hay "trabajadores estupendos"
Pero, según la agencia británica PA, los trabajadores desconfían de lo que pueda hacer el gobierno, y los sindicatos han comenzado a consultar a sus miembros sobre la posibilidad de emprender una huelga.
"Esto se ha acabado. No hay posibilidad alguna de salvación. Creo que a mí me preocupa más la empresa que al gobierno", declaró a los medios Alan Blackwood, de 57 años, que ha trabajado en la empresa desde su juventud y ahora se enfrenta a una jubilación anticipada.