Los analistas de ING señalan en el último informe sobre previsiones del mercado petrolero que "Venezuela ha sido la estrella de los recortes" dentro del acuerdo de la OPEP, al que se sumaron naciones productoras como Rusia, pero Caracas lo hace de manera involuntaria.
Venezuela ha recortado más de lo acordado porque no tiene capacidad para producir más crudo, revela el reporte de ING, de acuerdo con la página de noticias financieras El Economista.es, que destaca que esta situación ha beneficiado al acuerdo de la OPEP.
Como parte del mismo, Venezuela se comprometió a recortar la producción en 95,000 barriles al día hasta los 1.97 millones de barriles diarios. Sin embargo, en 2017 la media de producción ha sido de 1.93 millones diarios".
En diciembre el bombeo cayó hasta los 1.75 millones de barriles diarios, según datos de ING, mientras que en enero la producción ha sido de 1.6 millones de barriles, un recorte real de 467 mil barriles por día que ha sido cinco veces superior a su compromiso.
Este fuerte recorte ha sido involuntario, pero podría prolongarse o incluso incrementarse, permitiendo que el precio del crudo suba a medida que los inventarios siguen disminuyendo a nivel mundial.
"Esta reducción del bombeo en Venezuela explica por qué la OPEP no sólo ha cumplido con los recortes sino que los ha presentado un 'sobrecumplimiento' del 138 por ciento en enero", destacan desde Commerzbank.
Bajo este contexto, los analistas de Goldman Sachs creen que el crudo puede llegar hasta los 80 dólares por barril.
Los expertos de ING recalcan que Venezuela no ha tenido otra opción: "Es el reflejo de la lenta muerte que se está viendo en la industria del país".
"Los bajos niveles de inversión, la falta de maquinaria adecuada, la escasez de personal cualificado y los bajos precios del crudo en los últimos años han sido un desastre para el país", añadió.
Aunque los precios del crudo se han recuperado en los últimos meses, es poco probable que se produzcan cambios en la producción de Venezuela debido "al escaso movimiento político y económico".
Venezuela es uno de los países que presenta un mayor 'breakeven externo' en la producción de petróleo.
Este concepto determina el precio que tiene que alcanzar el crudo para que un país logre cierto equilibrio en su cuenta corriente y tenga reservas de divisas suficientes para realizar las importaciones que se demanden.
Para lograr esta situación, Venezuela necesita que el barril de oro negro ronde los 100 dólares.
Aunque los directivos de Petróleos de Venezuela hayan anunciado que en 2018 la producción va a rondar los 2.4 millones de barriles diarios, "desafortunadamente, nosotros creemos que el país continuará viendo como baja su producción este año".
Estas carencias y penurias en Venezuela suponen las alegrías de otros miembros de la OPEP, "que cubrirán con su petróleo cualquier déficit que deje Venezuela en el futuro".
La debacle petrolera y económica de Venezuela ha dejado en un segundo plano el hito estadunidense, puesto que su influencia por ahora ha sido escasa.
Según la EIA, la producción de líquidos (tanto condensados como petróleo crudo) procedente de shale (petróleo esquisto bituminoso) supone un 51 por ciento del total de la producción, mientras que hace una década este porcentaje sólo era del 7 por ciento en Estados Unidos
El shale oil ya supone la mayoría de la producción de crudo en Estados Unidos y se prevé que siga ganando cuota en los próximos años.