Actualmente el parque vehicular mexicano está compuesto de una diversidad de marcas debido, principalmente, a la gran apertura de este mercado en el mundo a consecuencia de los distintos tratados comerciales que la nación mexicana tiene.
Asimismo, la “invasión” que en las últimas décadas ha sufrido el país a causa de vehículos extranjeros por vía ilegal -propiciado por los decretos y promesas gubernamentales para su libre circulación de forma regular o legalizada- ha provocado un alza de estas unidades.
Como resultado de esto, la circulación de automotores en el país se ha visto envuelta en una serie de mezcla de unidades que, lejos de homogenizar unidades menos contaminantes y más tecnológicas en materia de seguridad, provocan un envejecimiento de su edad promedio. A esto hay que agregarle la caída de las ventas de automotores en los últimos años, debido a la incertidumbre económica; añadiendo la actual pandemia que vino a debilitar el ambiente socioeconómico mundial; que se vive en el país, lo que está provocando que haya un resurgimiento de unidades año modelo de más de 10 años, haciendo que los potenciales clientes prefieran “aguantar” la adquisición de una unidad nueva, y “prefieran” reparar o dar mantenimiento intensivo a las unidades que ya poseen o buscar opciones de compra de unidades usadas que no les genere un mayor gasto que una unidad nueva.
Las políticas públicas actuales para contener la entrada de vehículos extranjeros de manera ilegal no han podido resolver la problemática y continuarán en los próximos años, lo que producirá que el parque vehicular en México siga manteniendo la misma estructura por al menos las siguientes décadas.
Teniendo esto como antesala, podemos asegurar que el parque vehicular mexicano se divide en tres tipos de automotores en circulación: legales (unidades que se comercializan en el territorio mexicano por vías legales como armadoras, distribuidores, locatarios de unidades usadas, etc.), regularizadas (unidades que circulaban de forma ilegal al país pero que gracias a los decretos se han regularizado o legalizado) e ilegales (unidades que circulan en México de forma ilegal, sea está por internación o por robo).
Parque vehicular
El presente estudio contempla los automotores circulantes en el período comprendido entre 1972-2021.
1.- En México circulan 35.79 millones de automotores para el período 1972-2021.
2.- Del total circulante, 21.41 millones son unidades legales, lo que representa 59.82 por ciento; 10.86 millones de unidades son regularizadas, lo que significa 30.35 por ciento; 3.52 millones de unidades son ilegales, siendo 9.83 por ciento del total.
3.- Del total circulante, 17.95 millones son automóviles, 50.16 por ciento; 17.53 millones son camiones, 48.99 por ciento; 266 mil tractocamiones, 0.74 por ciento; 36 mil autobuses integrales, 0.10 por ciento.
4.- Del total circulante, el mayor volumen son usos múltiples con 8.21 millones de unidades (22.94%), seguido de los automóviles compactos con 8.05 millones de unidades (22.49%); automóviles subcompactos con 6.73 millones de unidades (18.81%); camiones clase 1 con 5.12 millones de unidades (14.31%) y camiones clase 2 con 2.84 millones de unidades (7.94%). El restante parque (4.83 millones de unidades) corresponde al 13.51 por ciento del total y está integrado por los automóviles deportivos, automóviles de lujo, y camiones de la clase 3 a la clase 8 –incluyendo tractocamiones y autobuses integrales-.
5.- Por regiones tenemos lo siguiente, el mayor volumen está concentrado en la región norte con 12.60 millones de unidades (35.21%); seguido de la región centro con 12.13 millones de unidades (33.90%); la región occidente con 4.31 millones de unidades (12.04%); la región sur con 3.42 millones de unidades (9.55%) y la región oriente con 3.33 millones de unidades (9.31%).
6.- En México, la armadora con mayor volumen de vehículos circulantes en el país es Nissan con 5.59 millones de unidades (15.62%); seguida de GM con 4.99 millones de unidades (13.93%); Ford con 3.99 millones de unidades (11.12%); Toyota con 3.64 millones de unidades (10.18%); Fiat Chrysler con 3.38 millones de unidades (9.45%); VW con 3.23 millones de unidades (9.04%) y Honda con 1.59 millones de unidades (4.45%). El resto de las compañías participantes en el parque vehicular suman 9.38 millones de unidades (26.22%).
7.- Los diez estados con mayor parque por orden son CDMX (16.34%), seguido de Nuevo León (7.82%), Jalisco (7.03%), Estado de México (6.49%), Tamaulipas (4.24%), Coahuila (3.77%), Chihuahua (3.66%), Puebla (3.66%), Sonora (3.58%) y Sinaloa (3.46%). El 39.95% restante del parque lo representan las entidades faltantes.
8.- Para el próximo año, se contempla que el parque vehicular circulante en México para el período 1972-2022 será de 36.61 millones de unidades.
9.- El modelo de mayor circulación en el territorio mexicano es el Tsuru (Nissan); seguido del Versa (Nissan); Pick-Ups Clase 1 (Toyota) –unidad regularizada-; Aveo Nacional (GM); Jetta (VW), March (Nissan); Vento (VW) y Sentra 2.0 (Nissan).
10.- Si consideramos el total del parque vehicular para un período 1900-2022 el volumen calculado ronda en los 35.97 millones de unidades.
Tecnología híbrida y eléctrica en el parque vehicular en México
México es un país de muchos contrastes sociales, económicos y políticos que han provocado que el desarrollo y uso de nuevas tecnologías vayan demasiado lentas, lejos de ser una solución viable para mejorar la movilidad y el ambiente.
Desde la aparición de las tecnologías híbridas y eléctricas en automotores (finales del siglo XIX), éstos representaron una opción para la movilidad y tuvieron una aceptación; sin embargo, su desarrollo y sus costos de manufactura/infraestructura eran demasiados altos para su viabilidad. No es hasta finales del siglo XX cuando el “nuevo” auge por estas tecnologías comenzó a tener relevancia, debido en gran parte a la concientización ambiental y buscar alternativas amigables y de sostenibilidad.
Pero este gran movimiento mundial no repercutió como se esperaba debido en gran parte a los países con poco desarrollo e infraestructura en su movilidad y economía. En particular, el mercado mexicano ha mostrado un retraso bastante significativo en estas tecnologías –últimas dos décadas- que obedece, como se dijo al principio, a distintos factores que -en su mezcla- han evitado este auge. La poca infraestructura, la debilitada economía y los hechos políticos que permiten la entrada de vehículos extranjeros “viejos” a bajo costo –o que los regularizan- no permiten –ni permitirán- que los automotores híbridos y eléctricos sean una opción en la mayoría de los mexicanos, muy a pesar de que ellos lo quieran.
En las poco más de dos décadas desde que estos vehículos automotores han llegado al mercado mundial su impulso en México no ha sido el esperado, tanto así que del actual total en el parque vehicular legal (no incluyendo unidades regularizadas e ilegales) en el país las unidades híbridas y eléctricas no superan el 0.5 por ciento.
En conclusión, las variables actuales –apoyados en otras tecnologías alternativas (Gas Natural/LP y Diésel) que tampoco han demostrado en México “su auge” como en otros países- nos inducen a pensar que; a pesar de las buenas voluntades por parte de la sociedad, más que de la parte gubernamental y el deterioro económico; los vehículos híbridos y eléctricos en el territorio mexicano distan de ser una opción en la movilidad y prevemos que a este paso para las próximas dos décadas el parque vehicular de estas unidades no superará el 5 por ciento.
Melgar de México.