Actores clave como Volkswagen y Volvo han manifestado su intención de convertirse ante todo en empresas de software, lo que indica un cambio radical en el pensamiento de la industria a medida que los clientes exigen experiencias cada vez más conectadas de sus automóviles.
Para impulsar este cambio, los fabricantes de automóviles deben reclutar a miles de nuevos desarrolladores de software, ya que buscan más del doble de la cantidad de código que se escribe internamente. Sin embargo, en aras de producir un mayor número de graduados, algunas universidades han simplificado sus currículos, lo que ha llevado a una pérdida de habilidades analíticas que son cruciales para la industria.
“Los cursos de hoy tienden a enfocarse en herramientas de software de alto nivel que generan código para usted”, dice Tom Blackie, director ejecutivo de VNC Automotive. “Si bien tienen un papel importante que desempeñar en la eliminación de gran parte del trabajo duro del desarrollo de software, hemos descubierto que esta mayor abstracción tiende a producir graduados con poca comprensión de cómo funciona realmente una computadora”.
Las herramientas automatizadas que implementan rápidamente fragmentos de código reutilizables para las funciones más utilizadas, como la interpretación de la entrada del usuario o la representación de pantallas gráficas, pueden acelerar el desarrollo y reducir el tiempo de comercialización de un producto. Sin embargo, la dependencia excesiva de estos bloques de construcción predefinidos puede generar ineficiencias que se pueden medir en términos de espacio de memoria, velocidad y consumo de energía.
“Las generaciones anteriores de desarrolladores de software se iniciaron en las computadoras domésticas con recursos muy limitados”, explica Blackie. “Estar sentados en una habitación con solo 32 KB para jugar los obligó a aprender a escribir un código increíblemente ajustado y bien optimizado y, gracias a pioneros como Acorn Computers y BBC Micro, Gran Bretaña se convirtió rápidamente en una nación de programadores. Necesitamos recuperar ese espíritu de eficiencia enseñando a nuestros graduados cómo funciona realmente una CPU, cuál es la mejor manera de utilizar la memoria de manera eficiente y cómo optimizar el código para que reduzca el consumo de energía, algo que es fundamental a medida que la industria se vuelve cada vez más electrificada”.
El equivalente moderno de esos primeros ingenieros autodidactas podría ser un manipulador con un Arduino® o un Raspberry Pi® . Ambos ayudan a enseñar cómo escribir código que se ejecuta 'cerca del metal', una habilidad que es vital para el desarrollo de software integrado que hoy controla todo en los automóviles, desde desbloquear las puertas hasta encender los limpiaparabrisas.
“Nos relacionamos con los laboratorios de computación y los estudiantes universitarios aquí en Cambridge para ayudar a ilustrar dónde podrían implementarse las soluciones que desarrollamos. Es increíblemente emocionante como estudiante ver su código ejecutándose en el tablero de un automóvil, interactuando con el cliente y un buen contraste con algunos trabajos que pueden ver sus esfuerzos limitados a un servidor heredado en algún lugar que nunca ve la luz del día. ”
Muchos de los OEM automotrices alemanes han creado una cultura de formación de cursos en universidades cercanas, lo que les permite dirigir el contenido del curso de una manera que garantiza un suministro constante de nuevos talentos. En Estados Unidos, Silicon Valley a menudo dicta el camino para los graduados y eso ha establecido una cultura propia.
“Tenemos que estar haciendo lo mismo”, dice Blackie. “Atraigamos a más desarrolladores jóvenes a la industria creando un sentido de orgullo al ver que su código se usa en la vida real, mientras que al mismo tiempo les enseñamos cómo construirlo de manera eficiente”.