El hidrógeno y la movilidad: Una evolución con más de cinco siglos de historia

El hidrógeno y la movilidad: Una evolución con más de cinco siglos de historia

La movilidad eléctrica basada en el hidrógeno es una de las alternativas de futuro más prometedoras en la industria del automóvil, aunque sus principios se basan en descubrimientos científicos de hace cientos de años. En este vídeo se repasa la historia del hidrógeno desde el siglo XV hasta nuestros días.
El hidrógeno y la movilidad: Una evolución con más de cinco siglos de historia

Nadie duda de las capacidades del hidrógeno como combustible alternativo, ya que es abundante y, sobre todo, limpio y respetuoso con el medio ambiente. Aunque pueda parecer un concepto nuevo, químicos europeos de finales del siglo XV ya descubrieron la existencia de este elemento químico mientras buscaban el origen del agua en la Tierra. Muchos años más tarde, en el siglo XVIII, el científico británico Henry Cavendish demostró que la combustión de hidrógeno y oxígeno sólo dejaba agua. Un descubrimiento que otros investigadores aprovecharon para poner en marcha los primeros prototipos basados en el hidrógeno como combustible limpio. Un contemporáneo de Cavendish, el francés Antoine Lavoisier, considerado el padre de la química moderna, fue quien bautizó este componente con el nombre de hidrógeno, ya que hasta ese momento era conocido como “aire inflamable”.

Desde ese momento, otros científicos comenzaron a profundizar en las posibilidades del hidrógeno, ya que advirtieron que era un elemento abundante, extremadamente ligero y muy reactivo. Empezaba así la carrera para usar el hidrógeno como fuente de energía. De hecho, inventores franceses lo emplearon para hacer volar el primer globo aerostático del mundo, aún en el siglo XVIII.

Pero la gran revolución no llegaría hasta 1839, cuando el británico William Robert Grove tuvo la idea de revertir la electrolisis del agua para generar electricidad. Nacía así la primera pila de combustible de hidrógeno de la historia. Un siglo más tarde, en 1939, Francis Bacon, de la universidad de Cambridge (Reino Unido), instaló una pila de combustible en un montacargas, mientras que en los años 50, el austriaco Karl Kordesch dio un paso más aplicando esta tecnología a la industria del automóvil.

Desde entonces han sido muchas las compañías que han invertido recursos en el desarrollo de vehículos eléctricos de pila de combustible, tanto en América como en Europa y Asia. Tras infinidad de prototipos e intentos, en torno al año 2000 Hyundai Motor Company se lanzó a la carrera para liderar la movilidad basada en esta tecnología, hasta que en 2013 lanzó al mercado el primer vehículo eléctrico de pila de combustible producido en serie: el Hyundai ix35 Fuel Cell. Este modelo se exportó a un total de 18 países, incluyendo varios mercados europeos.

El siguiente paso en esta estrategia llegó en 2018, cuando la firma coreana presentó su vehículo de hidrógeno de segunda generación, el Hyundai Nexo, un SUV capaz de recorrer 609 kilómetros en modo 100 por ciento eléctrico con un tiempo de repostaje de tan sólo cinco minutos. Gracias a los avances incorporados por la marca en los últimos tiempos, el Nexo se ha convertido en un referente tanto en autonomía como en prestaciones, ya que también supera a todos sus rivales en aceleración y velocidad máxima.

La carrera por la sociedad del hidrógeno ya ha comenzado, una carrera que recoge el legado de más de cinco siglos de investigaciones con el único objetivo de avanzar hacia un mundo más limpio y sostenible.

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