La mayor parte de esa cantidad (69,000 millones) irá a la exploración y producción de hidrocarburos, mientras que ocho mil serán destinados a refinar, transportar y comercializar petróleo y derivados.
Petrobras, la mayor empresa brasileña y una de las corporaciones que más progresó en la última década y media en el sector petrolero mundial, también destinará cinco mil millones de dólares al sector del gas y 400 millones a las energías renovables (eólica, solar y biocombustibles).
La estatal, en el corazón del escándalo de corrupción revelado por la Operación Lava Jato, prevé un aumento de la producción de petróleo del 10 por ciento en Brasil el próximo año y entre 2020 y 2023 del 5.0 por ciento anual.
El anuncio en 2006 del descubrimiento de reservas que superan los 30,000 millones de barriles en aguas ultraprofundas colocó a Brasil como uno de los países con mayor potencial productor del mundo.
Brasil produce actualmente en torno a 2.5 millones de barriles diarios de crudo, incluyendo petróleo, gas y derivados, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que esta cifra alcance los 3.7 millones para 2020 y los 5.37 millones en 2040, lo que situará al país entre los 10 mayores productores mundiales.