De vuelta en Olbia por primera vez desde 2014, la prueba italiana del Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA fue otra brillante demostración de lo que este deporte significa para esta gente. Repasa la historia del WRC y verás que gran parte de ella está escrita en italiano por italianos.
Los años setenta pertenecieron a Fiat, mientras que Lancia y Miki Biasion dominaron los ochenta y los noventa. Desde 2004, la isla de Cerdeña ha proporcionado una de las paradas más apreciadas del calendario de la temporada.
Conoce a Francesco. Pasó gran parte de la semana del rallye sentado en una silla fuera del parque de asistencia. Es lo que hace cuando el WRC aterriza en su patio trasero.
Ajustando una gorra Subaru azul y amarilla -la firma "Petter Solberg #03" casi desaparecida después de, según él, 15 años bajo el sol-, esboza una amplia sonrisa.
"Todos los años espero este momento", dice Francesco. "Recuerdo que Attilio Bettega venía aquí con el Fiat 131 en los años setenta. Un piloto brutal. Costa Smeralda era grande para aquí, un gran rallye. Pensaba que nada podía superarlo. Luego viene el rallye mundial... mama mía. Para mí esta ciudad es de rallyes, mi ciudad es de rallyes.
"¿Puedes ayudarme? No dejes que el rallye vuelva allí [a Alghero]. Este es nuestro rallye, para nosotros aquí. Cuando el rallye está aquí, los coches me despiertan por la mañana [entrando en la asistencia]. ¿Te imaginas? La mejor manera de despertarse".
De vez en cuando, una conversación puede alegrarte el día. Conocer a un Francesco de 78 años hizo precisamente eso. El aprecio y la emoción del WRC en toda Cerdeña es extraordinario.
Pero no es sorprendente. Tramos como Tula y Monte Lerno son algunas de las más desafiantes y encantadoras de la temporada. Correr en octubre el año pasado nació de la necesidad de Covid-19, pero realmente no era lo mismo.
Este es un rallye de verano, que se disfruta mejor a más de 30 grados. Y definitivamente se disfruta mejor cuando Francesco y sus amigos pueden volver a entrar en el parque de asistencia.
"No dejo que este coronavirus me impida venir aquí", dijo nuestro nuevo amigo. "¿Cómo podría hacerlo?"
Acomodándose con una cerveza fría y un cuenco de aceitunas viendo el sol ponerse sobre los tejados de terracota, era imposible no estar de acuerdo de todo corazón. No importa en qué lado de la isla se encuentre, el Rallye de Italia Cerdeña siempre aporta algo especial al verano.