Acelerar sin gastar: vehículos con motor de gas

Acelerar sin gastar: vehículos con motor de gas

Los conductores celebran en este momento el bajo precio del combustible, por lo que los motores alternativos han desaparecido del radar de muchos. Aunque sin esa ventaja de costes, tanto el gas natural como el gas de automoción ofrecen otra: son más limpios que la gasolina y emiten menos dióxido de carbono.

Antes de decantarse por una u otra variante es conveniente informarse. Los vehículos con motor de gas no son rentables para todos. "Quien circule sólo por autopistas a altas velocidades no merece la pena el gas, ya que el consumo, a diferencia de la gasolina, aumenta de manera exponencial con las altas velocidades", dice Michael Kruttschnitt, de la organización certificadora alemana TÜV.

Quien sólo circule unos pocos miles de kilómetros al año también es mejor que use un motor de explosión tradicional, agrega.

El gas natural es un gas comprimido (Compressed Natural Gas, CNG), mientras que el de automoción es un gas fluido (Liquefied Petroleum Gas, LPG). El natural se compone sobre todo de metano gaseoso, mientras que el que se utiliza en la industria automotriz es más una mezcla de propano y butano fluidos en un tanque.

Mientras que los tanques en el caso de los coches con gas natural requieren mucho espacio, los de gas de la industria automotriz son más pequeños y ligeros. Caben en el espacio de la rueda de repuesto y por ello apenas reducen el espacio de almacenamiento.

Si al hacer el cambio, que el vehículo mantenga su tanque de gasolina original ofrece la ventaja de tener más autonomía, pero Michael Kruttschnitt avisa: "Los trayectos con gasolina en autos ambivalentes son una solución de emergencia nada económica". El gas natural cuesta alrededor de la mitad de la gasolina, mientras que el gas que se utiliza en la industria automotriz es un 35 por ciento más caro que el natural.

Según el club del automóvil alemán ADAC, los vehículos de gas natural ofrecen la ventaja de que los fabricantes ya sacan al mercado muchos modelos de serie. Así, por ejemplo, marcas como Audi, Fiat, Mercedes, Opel, Seat, Skoda y Volkswagen ofrecen de fábrica diversos modelos de gas natural.

El gas de automoción es apto sobre todo para el montaje en motores de explosión. Pero también hay una decena de fabricantes que venden en total 80 variantes de modelos así equipados de fábrica.

Cambiar el vehículo de gasolina a gas de la industria automotriz cuesta entre 1,800 (1,968 dólares) y 3,500 euros (3,827). En el caso del gas natural depende del modelo y del tipo de sistema y puede elevarse de 3,000 a 4,800 euros.

"No recomendamos uno u otro porque hay que tener en cuenta muchos parámetros en la decisión", dice Andrea Gärtner, del departamento técnico de ADAC. No todas las transformaciones son rentables. "Para hacerlo, el vehículo no debería ser demasiado viejo y estar en un buen estado para que la inversión se amortice", dice Gärtner.

"Es importante también la posibilidad de repostaje más cercana en el entorno. Cuanto más se tenga que circular con gasolina por falta de surtidores, menos económico resulta el trayecto con gas", afirma Gärtner.

Si se viaja mucho al extranjero hay que prestar atención a que haya adaptadores.

La inspección técnica del vehículo es también más cara con este tipo de motores. La comprobación de la instalación de gas debe hacerse cada 12 meses o cada vez que haya una reparación o un accidente. Los tanques de acero de gas natural deben ser revisados cada cinco años. Si el vehículo está bien equipado contra la corrosión, puede ser cada diez.

También los gastos de la inspección son más caros que en los vehículos de gasolina o diesel debido a las bujías especiales, el control del juego de válculas y los aditivos.

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