"Nuestro plan de negocio se vio impactado cuando la demanda de baterías de litio-ion se redujo debido a la adopción más baja de lo previsto de los vehículos eléctricos para pasajeros", dijo el consejero delegado de Ener1, Alex Sorokin, en un comunicado que se puede ver hoy en la web de la firma.
Según los documentos presentados en el Tribunal de Bancarrota de Manhattan, la compañía con sede en Nueva York posee unos activos de 73.9 millones de dólares, mientras que su deuda asciende hasta los 90.5 millones.
La firma aseguró que este proceso de reestructuración de su deuda no afectará a sus operaciones ni las de su subsidiaria EnerDel, que en 2009 fue elegida para recibir un subsidio de 118 millones de dólares del Departamento de Energía estadounidense del que ya le han sido entregados 55 millones.
Según los términos del plan de reestructuración, en el que no están incluidas ninguna de sus subsidiarias, Ener1 busca una inyección de capital de 81 millones de dólares para poder continuar operando y evitar "que el proceso afecte negativamente a nuestros empleados, clientes y proveedores".
La firma, que también se ha visto impactada por la competencia de los fabricantes de baterías de litio-ion para coches eléctricos en China y Corea del Sur, aseguró que prevé completar su proceso de reestructuración en unos 45 días.
"La presión sobre la firma se vio exacerbada por la volatilidad en los mercados de deuda y de valores, que limitaron aún más nuestra capacidad de crédito, así como por la pérdida de uno de nuestros principales clientes, Think Global, que quebró en junio de 2011", añadió Sorokin.
Think, que fabrica vehículos eléctricos, restableció a mediados de julio su actividad tras ser comprado por el empresario ruso Boris G. Zingarevich, ganador del procedimiento de quiebra iniciado por la compañía noruega.