La elección de la fecha se debió a su relación simbólica con los equinoccios, donde la noche y el día tienen aproximadamente la misma duración y una naturaleza complementaria de claridad, oscuridad, luz y sombra.
El color es una percepción
Cada persona percibe los colores de forma distinta, ya que es un producto de la mente. El cerebro capta diferentes colores cuando el ojo humano percibe diferentes frecuencias de luz, que se refleja en los objetos y llega a los ojos a través de la córnea para luego pasar a la pupila. Allí se refleja una imagen en la retina y en las paredes del globo ocular y es absorbida por pigmentos de células fotosensibles que reconocen las diferencias entre las distintas longitudes de onda de luz, es decir, los colores.
Estos fotorreceptores convierten la luz en señales electroquímicas que son procesadas por los circuitos neuronales que se encuentran en la retina y finalmente son enviadas al cerebro. Así es como se diferencian los colores y se tiene una percepción del mundo mediante el sentido de la vista.
Historia del blanco
El blanco es un color acromático, de claridad máxima y de oscuridad nula, que se percibe como consecuencia de la foto recepción de una luz intensa. No puede obtenerse por mezcla, para representarlo se utiliza pigmento blanco.
Los primeros blancos utilizados por el hombre se obtuvieron de la naturaleza (arcilla blanca o nácar). El albayalde, más conocido como blanco de plomo, fue uno de los primeros pigmentos sintéticos que consiguió producir el hombre hace 2,500 años. Consistía en suspender platos de plomo sobre vapor de vinagre, se los sumergía en estiércol durante un par de meses y más tarde se raspaba la capa de material blanco que se formaba en la superficie.
Este procedimiento para obtener el pigmento blanco se usó durante varios milenios, pero su sustancia era tóxica. En 1785, se descubrió el blanco de cinc. Era un blanco frío, azulado, menos cubriente que el blanco de plomo pero no tóxico. Muy útil para pintar cuadros por su consistencia cremosa.
Hacia 1870 se produce el primer intento de emplear el óxido de titanio como pigmento, pero fue entre 1916 y 1918, que empezó la fabricación industrial en EE.UU y en Noruega del “Blanco Titanio” con un 25 por ciento de dióxido de titanio como componente.
TiO2 (Dióxido de Titanio)
El Dióxido de Titanio es el pigmento blanco premium de más alto poder de protección utilizado como ingrediente crítico en pinturas, plásticos, papeles y otras aplicaciones como tintas para impresión, textiles y cueros.
El “blanco titanio” se considera uno de los mejores pigmentos blancos que existe en la actualidad. Es el más duradero, no tóxico y estable químicamente. Además, no es atacado por la mayoría de los agentes orgánicos e inorgánicos. Se lo utiliza como pigmento blanco por sus propiedades de dispersión, refleja casi toda la luz y absorbe parte de la radiación UV protegiendo su contenido. Tiene el mayor poder cubriente y colorante de todos los pigmentos.
La pintura de los vehículos es más duradera y cuenta con gamas de colores más amplias gracias al pigmento blanco de Ti02, componente clave en la industria automotriz. Cada vez sean más las piezas que se reemplacen por materiales más ligeros y materiales plásticos de gran valor en lo que respecta a la resistencia contra abolladuras y arañazos, proporcionando más durabilidad ante las inclemencias del tiempo y opacidad de los colores.
También aparece en recubrimientos y pinturas de cruceros, trasatlánticos, buques, vagones de tren y aviones.
El mercado del Dióxido de Titanio
The Chemours Company, compañía química global creada en julio de 2015 como resultado de la separación de los negocios químicos de DuPont, es uno de los mayores productores de Dióxido de Titanio a nivel mundial. Desde 1950 la compañía es pionera en la aplicación de la tecnología del dióxido de titanio en el sector de revestimientos, ocupando el primer lugar entre los principales fabricantes.