En entrevista con Notimex, explicó que esta conferencia, que termina este viernes tras dos semanas de conversaciones por parte de representantes de casi 200 países, debe sacar el compromiso para que en dos años se cuente con los lineamientos de lo que será la “gobernanza global para el cambio climático”.
La cita en esta ciudad es Marruecos es la primera tras el Acuerdo de París aprobado el año pasado en Francia, que se dio de plazo al 2018 para que los países decidan qué nuevas medidas van a tomar para incrementar sus contribuciones.
El objetivo es que la temperatura media del planeta no suba en este siglo más de dos grados centígrados (sobre niveles preindustriales de 1890) y se compromete a trabajar para que no supere los 1.5 grados centígrados.
Asimismo, establece la ruta para que el financiamiento en esta lucha cuente con 100,000 millones de dólares a partir del 2020, y se establecen las bases de cooperación, que a partir de la COP22 de Marrakech se deben afinar por parte de los 196 gobiernos presentes.
“Los compromisos que hay en la mesa son importantes, pero no son suficientes y seguimos el camino hacia los 2.7 o 3 grados centígrados que no está eso alineado con París y lo que la ciencia dice, por lo que hay que salir de aquí (de la COP22) con una decisión clara”, señaló.
Consideró que las señales políticas en el sentido de que se avanzará en el desarrollo del Acuerdo de París “es algo que se ha dado” para “dar un mensaje de que esta fuerza va hacia adelante”.
La representante del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) destacó que también a partir de esta COP se impulsa el acuerdo no sólo para el cumplimiento por parte de los gobiernos, sino también por la iniciativa privada, gobiernos locales, ciudades, sociedad civil.
“Estas semanas se han dado iniciativas de colaboración para hacer frente al cambio climático en transporte, agricultura y otros, y es importante que ese espacio sea consolidado y reconocido”, puntualizó.
Panuncio-Feldman indicó que el desafío es que los sectores económicos absorban los compromisos en las estrategias nacionales, como ya lo hacen países como México, Brasil, Chile, Uruguay y otros con la energía renovable.
Sostuvo que para los países de la región latinoamericana es una oportunidad si se trabaja en ello, se acelera la implementación de sus contribuciones nacionales y se moviliza.
Abundó que es mediante la implementación de sus propias acciones que se puede atraer más inversión dentro de lo que es el financiamiento de proyectos climáticos, además que está la participación del sector privado que es importante en todo esto.
Agregó que el tema en que puede haber más debate en este proceso es en la transparencia en el esquema de monitoreo y verificación de la acción climática, algo en lo que entra el seguimiento que se da al financiamiento.