Desde inicios de junio la planta en Brasil es dirigida por Walter Medeiros, quien reemplaza a Jorge Luiz Ribeiro de Oliveira.
La construcción de la planta productora en Brasil y también en Estados Unidos, sumado a la caída de los precios del acero, hizo que ThyssenKrupp cerrara con pérdidas el ejercicio 2012/2013 y encadenara el tercer año consecutivo en números rojos.
La tarea del nuevo jefe es hacer más eficiente la planta y comercializar en el continente americano el acero producido. Medeiros es considerado un conocedor del mercado y trabaja en la empresa desde 1988.
En mayo, ThyssenKrupp informó que la planta brasileña podría alcanzar este año el umbral de rentabilidad. Originalmente la empresa había esperado esto para el ejercicio 2014/15 para esta fábrica, que entró en funcionamiento en 2010.
Luego de que durante la fase de construcción de la planta los costos superaron al presupuesto, también hubo inconvenientes durante la puesta en marcha de la fábrica.
El presidente de la siderúrgica alemana, Heinrich Hiesinger, hubiese vendido con gusto la planta en Brasil junto con otra que se encontraba en el estado norteamericano de Alabama.
Pero tras largas negociaciones, sólo logró desprenderse a fines de 2013 de la fábrica en Estados Unidos, por la que ThyssenKrupp recibió 1,550 millones de dólares de ArcelorMittal y Nippon Steel. Estas dos compañías se comprometieron además a comprar el 40 por ciento de la producción anual de Brasil.