Ronda 2.4: un voto de confianza para México

Ronda 2.4: un voto de confianza para México

El sector energético inicia 2018 con una actividad importante en cuanto a licitaciones petroleras. El 31 de enero se llevará a cabo el acto de presentación y apertura de propuestas para la asignación de hasta 29 áreas contractuales en aguas profundas mediante contratos de licencia, y para el 27 de marzo se tiene previsto que ocurra lo mismo, pero para asignar hasta 35 áreas contractuales en aguas someras con contratos de producción compartida, para que, en ambos casos, particulares puedan realizar actividades de exploración y extracción de hidrocarburos en territorio mexicano.

Estas licitaciones serán las últimas antes de las elecciones presidenciales de 2018, hecho que provoca incertidumbre en el sector ante la posible desaceleración en el ritmo de implementación de la Reforma Energética en materia de exploración y extracción de hidrocarburos; sin embargo, estas licitaciones son la oportunidad más clara que las empresas del sector tienen para ser parte de la apertura histórica del sector petrolero en México.

¿Qué podemos esperar en la Ronda 2.4?

Las 29 áreas contractuales que se licitarán se localizan en las regiones conocidas como Perdido (nueve áreas contractuales localizadas frente al litoral de Tamaulipas), Cordilleras Mexicanas (10 áreas contractuales localizadas frente al litoral de Veracruz) y Cuenca Salina (10 áreas contractuales localizadas frente a Tabasco). La extensión de dichas áreas varía entre los 2,000 y los 3,000 km2, con una superficie promedio de 2,290 km2. En esta licitación se buscará asignar 2.8 veces más superficie que en la licitación pasada de aguas profundas (Ronda 1.4[1]).

De acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), ya se tienen precalificadas a 29 empresas interesadas en esta licitación:

- 16 operadoras con representación de 12 naciones (Australia, China, España, Estados Unidos (5), Francia, Italia, Japón, Malasia, México, Noruega, Países Bajos y el Reino Unido)

- 13 como no operadoras, representando a 10 naciones (Alemania, Colombia, India, Japón, México, Portugal, Qatar, el Reino Unido, Rusia y Tailandia)

Esto refleja la confianza de la comunidad internacional hacia México y sus instituciones, así como a su Estado de derecho, pues se trata de contratos que se celebrarán por periodos de 35 años con prórrogas potenciales de cinco y 10 años, por lo que el plazo total del contrato podría llegar a ser de 50 años, lo que representa más de seis periodos presidenciales en México, con lo que puede concluirse que el voto de confianza será plenamente hacia el país y sus instituciones.

La ronda en números

De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Energía, esta licitación podría atraer inversiones por 31,500 - 38,500 millones de dólares (entre siete y nueve bloques), en caso de que se asigne entre el 25 y el 30 por ciento del universo de las áreas contractuales disponibles (inversión de 4.5 mmdd / área contractual). En el eventual caso de que se llegara a asignar el 100 por ciento de las áreas, la inversión comprometida podría ascender a 130 mmdd.

En caso de empate, la variable de asignación la tendrá quien ofrezca el mayor monto en efectivo, y este será en beneficio del Estado mexicano en su totalidad por medio del Fondo Mexicano del Petróleo.

El porcentaje mínimo de contenido nacional que los operadores deberán incorporar a las actividades petroleras se incrementará de 3 a 10 por ciento en función de las actividades realizadas.

Como ya se ha comentado, la Reforma Energética llegó para quedarse; sería sumamente complejo lograr los consensos necesarios para su modificación y, además, la ley no es retroactiva, por lo que los contratos ya firmados serán los que regulen las relaciones entre el Estado mexicano y los operadores.

Cualquier cambio potencial en la ley afectaría solo las relaciones a futuro que el Estado pretendiera llevar a cabo con terceros; sin embargo, la duda que permanece en el ambiente es si el ritmo de la implementación de la Reforma se mantendrá en los siguientes meses y años.

Por lo anterior, se espera que las dos siguientes licitaciones (2.4 y 3.1) cuenten con una nutrida participación de empresas interesadas y que se registren altos índices de asignación, para así consolidar los pasos que ha dado el país en este sector en esta primera etapa.

Por: Rubén Cruz, socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG en México.

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