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En otoño de 1998 viajé de París hacia Tokio para presentar un plan a un grupo de directivos de Nissan. Mi objetivo era convencerlos de que establecer una asociación con Renault era una forma de revivir a nuestra compañía. Aun cuando Nissan tenía una historia de orgullo como una importante empresa japonesa de manufactura, hacía una década que venía experimentando pérdidas financieras, y se había estancado en términos de innovación.
Los directivos se dieron cuenta de que resolver estos desafíos era una labor conjunta, y supieron – tanto como yo lo hice – que Renault era el mejor socio a largo plazo.
Juntos creamos la Alianza Renault-Nissan, la cual fue y sigue siendo única en la industria automotriz. Después de eso, las cosas se movieron muy rápido: pusimos en marcha el Plan de Revitalización de Nissan, y la compañía alcanzó sus objetivos de recuperación un año antes de lo previsto.
Como Alianza, durante los últimos 17 años hemos aportado miles de millones de euros en sinergias anualizadas; y hemos capitalizado oportunidades que se nos han presentado por medio de los vehículos eléctricos, tecnologías de conducción autónoma y conectividad automotriz. Todo ello nos ha impulsado a lograr una competitividad mayor de la que hubiéramos alcanzado por nuestra cuenta.
Sin embargo, nunca hemos olvidado el coraje que se necesita para pedir ayuda, así como los beneficios potenciales derivados de ello. Osamu Masuko, CEO de Mitsubishi Motors Corporation, se reunió conmigo en abril con el propósito de solicitar el apoyo de Nissan para restaurar la organización y revivir a la compañía. En ese momento ambos sabíamos que formar una alianza estratégica resultaba lógico tanto para las finanzas como para las operaciones de ambas compañías.
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Igualmente, experimentamos un sentido de responsabilidad por ayudar al fabricante japonés de vehículos – el cual tiene ya una gran antigüedad – en el momento en el que más lo necesitaba, tal como Renault pudo ayudar a Nissan a ponerse nuevamente en pie en 1999.
Nissan ha completado la adquisición de un 34 por ciento de la participación en el capital de Mitsubishi Motors, con un precio de 2,280 millones de dólares. Esto la convierte en el mayor accionista de Mitsubishi. Nosotros aportaremos toda la experiencia estratégica, operacional y administrativa, así como la inversión de capital que pueda garantizar que Mitsubishi no sólo pueda superar sus desafíos más inmediatos, sino que también tenga la posibilidad de prosperar en un futuro.
La adición de Mitsubishi Motors significa que la alianza creada con Renault comercializará 10 millones de unidades durante el año fiscal 2016, lo que la colocará entre los tres grupos automotrices más importantes del mundo. Adicionalmente, hemos identificado con anterioridad sinergias con Mitsubishi que beneficiarán a ambas compañías, las cuales estarán enfocadas en concretar alianzas para la compra conjunta, una localización más profunda, compartir el uso de plantas y plataformas comunes para los vehículos, tecnología conjunta y expansión de la presencia combinada de las compañías, tanto en mercados desarrollados como en emergentes.
Esta es nuestra manera de redoblar esfuerzos en la estrategia de la Alianza, la cual nos ha dado muy buenos resultados a lo largo de casi dos décadas. Por supuesto, los desafíos de Mitsubishi son muy distintos de los que Nissan enfrentaba en 1999; por ejemplo, Mitsubishi tiene un balance financiero robusto, pero lo que le hace falta es la confianza del cliente.
Con el fin de ayudar a reconstruir esa confianza es que hemos sido invitados por Mitsubishi, para fortalecer su consejo directivo y su equipo administrativo. Hemos nombrado a cuatro representantes de Nissan a unirse al consejo de Mitsubishi, y yo acepté el nombramiento como presidente electo; no obstante, esto depende de la aprobación de los accionistas.
Mitsubishi Motors también designará a un director de Riesgo Global, el cual reportará al CEO de dicha compañía, y el cual revisará problemáticas ligadas al cumplimiento de las leyes, garantizando que se puedan afrontar los riesgos. Por medio de estas acciones, así como con el apoyo de Nissan, creemos que Mitsubishi puede seguir avanzando.
La segunda acción en el orden de negocios es impulsar las sinergias potenciales. Nissan estima los beneficios de estas sinergias en un valor de 230 millones de dólares durante el año fiscal 2017, los cuales ascenderían a cerca de 580 millones de dólares cada año consecutivo.
Específicamente, Nissan se apoyará en el conocimiento de Mitsubishi en el segmento de los kei cars en Japón y su fortaleza en las camionetas Pick Up, adoptando los sistemas de Mitsubishi para conectar vehículos híbridos y tomando como base las exitosas operaciones de esta compañía en los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Brunéi Darussalam, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia, y Vietnam), con el objetivo de fortalecer nuestra operación.
En tercer lugar, queremos mandar una señal clara por medio de esta asociación: creemos en el valor de la manufactura de vehículos japonesa, y queremos ayudar a garantizar su futuro. Esta es una época de cambio en nuestra industria; pero a partir de la experiencia hemos aprendido que podemos lograr más con el aliado correcto de lo que alcanzaríamos nosotros solos.
La estrategia de establecer una alianza salvó a Nissan cuando dependíamos de ese apoyo para nuestra supervivencia y ha hecho más fuerte a nuestra compañía. Consideramos que este modelo puede otorgar los mismos beneficios a Mitsubishi Motors, y esperamos ansiosamente explorar las oportunidades y el potencial de nuestra asociación, no sólo para construir los vehículos del futuro, sino también para convertirnos en los fabricantes automotrices del futuro.