¿Cómo mejorar la movilidad y reducir los accidentes viales entre adultos mayores?

¿Cómo mejorar la movilidad y reducir los accidentes viales entre adultos mayores?

A medida que se completa la Etapa 2 de la estrategia de vacunación, los adultos mayores comienzan a retomar sus hábitos de movilidad. Poco a poco este sector de la población volverá a realizar caminatas recreativas, paseos de ocio y, desde luego, muchos de ellos se trasladarán nuevamente para reincorporarse a sus lugares de trabajo.
Automóvil, pareja

Como uno de los grupos más vulnerables en el vía pública, el aumento en su movilidad puede implicar un repunte de su siniestralidad, ya sea como peatones o automovilistas.

Las estadísticas lo demuestran

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cada día fallecen cerca de 3,500 personas en accidentes de tránsito alrededor del mundo y que cada año decenas de millones de personas sufren lesiones incapacitantes. Los adultos mayores, junto con los niños, son los usuarios más vulnerables de la vía pública, por lo que es necesario que tanto ellos como los automovilistas más jóvenes conozcan las medidas de seguridad apropiadas para mejorar su protección. En este artículo te daremos información sobre los principales factores de riesgo en la movilidad de los adultos mayores y encontrarás algunos consejos para prevenir accidentes en sus traslados diarios, tanto si perteneces a este grupo generacional como si eres más joven.


Los adultos mayores en México

De acuerdo con el INEGI, hacia al año 2000 había en México 21.3 adultos mayores por cada 100 niños y jóvenes. Para el 2015 la cifra casi se duplicó: en ese año, había ya 38 adultos mayores por cada 100 menores de edad. Gracias al último censo, sabemos que en el país viven actualmente más de 15 millones de personas mayores de 60 años, lo que representa un poco más del 12 por ciento de la población.

En los años noventa, la esperanza de vida en el país era de apenas 68 años. Por lo mismo, en aquel tiempo la jubilación no significaba un gran cambio en la vida de un adulto mayor. Sin embargo, hoy en día una mujer mexicana vive en promedio 78 años, mientras que la esperanza de vida de los varones es de 72 años.

Este incremento supone un cambio radical en las condiciones de una vejez digna, dado que ahora una persona llega a la jubilación en un estado de salud óptimo y con una perspectiva de al menos diez años de vida después de su retiro; tiempo que podrá invertir en emprender un negocio, llevar a cabo múltiples actividades y estrechar sus lazos sociales y familiares. Para impulsar todos estos planes de vida, es vital procurarles una movilidad segura.

Factores de riesgo en la conducción

Las circunstancias propias de una persona de la tercera edad pueden condicionar su movilidad como peatón, automovilista o usuario del transporte público, pero eso no quiere decir que la limiten por completo. Es cierto que, con el paso del tiempo, una persona pierde paulatinamente algunas destrezas y sus habilidades para responder oportunamente a un imprevisto se ven mermadas. Aun así, es importante tener en cuenta que su capacidad para hacer su vida y trasladarse con seguridad al destino que elija es una buena medicina contra el aislamiento, ya que favorece su sentido de autonomía.

Por eso, para minimizar los riesgos propios de la movilidad durante la vejez, es necesario tener presentes estos factores de riesgo:

La visión: a medida que envejecemos, nuestro campo visual se estrecha y podemos desarrollar diversas afecciones oftalmológicas que dificultan captar con precisión el movimiento de vehículos o de objetos que se crucen en el camino. El problema se agudiza durante la conducción nocturna, puesto que la nictalopía (ceguera nocturna) es aún más acentuada si se sufre de miopía, glaucoma, cataratas o diabetes.

La audición: a las personas mayores puede costarles más trabajo reconocer sonidos y localizar la fuente que los emite. Después de la vista, la audición es el sentido más importante para la conducción, por eso, el riesgo de sufrir un percance es significativo si la persona padece una disminución excesiva del oído, al grado que le impida captar información crucial del camino, como puede ser el sonido de una sirena.

Los medicamentos: de acuerdo con datos de la Policía Federal, el 20 % de las personas mayores de 65 años consumen diversos medicamentos que pueden afectar las capacidades motrices y neuronales básicas para una conducción segura.

Problemas motrices: el deterioro biológico natural del cuerpo humano puede ser un factor que limite los movimientos de las personas mayores y, por ende, eleve las posibilidades de sufrir un accidente de tránsito. De acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores de la UAM, el 17.6 por ciento de los adultos mayores en el Valle de México sufre alguna discapacidad. La mitad de estas condiciones, según el mismo estudio, provocan dificultades motrices.

Consejos de seguridad para los adultos mayores automovilistas

Siempre que sea posible, manejar acompañado o avisarle a algún familiar del destino y hora prevista de llegada.
Procurar no manejar en condiciones climáticas adversas ni de noche.
Evitar manejar en horas pico y trayectos confusos.
Si requiere de anteojos o aparatos auditivos, acudir a revisiones periódicas con un especialista que certifique que aún puede manejar un vehículo sin ponerse en riesgo.
Consultar con su médico si, en caso de consumir medicamentos, no corre el peligro de padecer somnolencia, aturdimiento o disminución de la atención.
Consejos de seguridad para el peatón mayor
Cruzar con precaución cuando el semáforo lo permita y únicamente sobre los pasos de cebra.
Si tiene dudas o temor, solicitar apoyo de los demás transeúntes para cruzar la calle.
Tener paciencia para cruzar la calle y estar siempre a la defensiva.
Utilizar ropa de colores vivos durante las caminatas para aumentar la visibilidad.

Cuidemos a los adultos mayores

Cuando el flujo vehicular es estresante, los adultos mayores pueden sentirse más nerviosos, por lo que es imprescindible reducir la contaminación sonora y las confrontaciones. Así no sólo tendrán un campo de acción más despejado, sino que evitaremos perturbar condiciones preexistentes serias, como las enfermedades cardiovasculares.

En situaciones en las que hay tiempo suficiente para reaccionar, los adultos mayores presentan las mismas dificultades que las personas más jóvenes, por lo que hay que darles tiempo y no presionarlos para que puedan maniobrar a su ritmo. Lo mejor que puedes hacer para cuidar a un adulto mayor en la vía pública es respetar sus tiempos, conducir a velocidades moderadas y ayudarlos si requieren asistencia.

Seamos empáticos y atentos con los adultos mayores y tratemos a los demás como nos gustaría ser tratados.

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