Numerosas fábricas programaron paradas de producción a principios de abril para prevenir eventuales problemas derivados del "brexit", que estaba previsto que se materializara el pasado 29 de marzo.
La industria temía que una salida abrupta del país de la UE provocara interrupciones en las cadenas de suministro, por lo que los fabricantes adelantaron los paros, que normalmente se realizan durante las vacaciones estivales.
Ese escenario llevó a que las plantas británicas produjeran 70,971 vehículos en abril, frente a 127,970 en el mismo mes de 2018.
La Unión Europea ha establecido el próximo 31 de octubre como la nueva fecha límite para que el Reino Unido decida si ratifica los términos de salida acordados o bien abandone el bloque comunitario de forma no negociada.
La industria automovilística británica teme que sea necesario volver a poner en marcha planes de contingencia antes de esa fecha, advirtió la SMMT.
El informe de la asociación empresarial subraya que en los cuatro primeros meses del año se han fabricado en el Reino Unido 127,240 automóviles menos que en el mismo periodo de 2018.
"Los datos son la prueba del enorme coste y la convulsión que la incertidumbre del 'brexit' ha provocado ya en las empresas manufacturaras de la industria autmotriz y sus trabajadores", subrayó en un comunicado el director ejecutivo de la asociación, Mike Hawes.