El derrame del hidrocarburo se presentó el pasado 2 de marzo en un sector conocido como “La Lizama”, en un pozo que estaba inactivo desde 2006, y de acuerdo con las versiones de Ecopetrol, se pudo presentar por una pérdida en el “revestimiento de los tubulares”.
Sin embargo, la petrolera aún no logra controlar la mancha del combustible que está afectando los principales afluentes de la región con graves daños al ecosistema y dejando centenares de peces muertos.
El Ministerio del Medio Ambiente sostuvo que después de hacer una supervisión en terreno, ordenó a Ecopetrol de “manera inmediata aumentar la capacidad de bombeo para la evacuación del fluido, desde el punto del evento de contingencia, a través de las líneas existentes hacia la estación central de Lizama”.
Además tiene que hacer la “recolección y evacuación inmediata" del producto.
Pidió reforzar las cuadrillas de contención y recolección con la finalidad de agilizar las labores de control y la empresa estatal debe garantizar los equipos adecuados para realizar los rescates tanto terrestres como acuáticos.
La dependencia sostuvo que Ecopetrol tiene que verificar el estado de afectación de la red de drenaje hídrica en esa zona.
Igualmente debe retirar y evacuar “el material vegetal y residuos sólidos contaminados que se encuentran acumulados en los puntos de control, debido a que por efectos de la lluvia se están generando percolado”.
Ecopetrol tiene la obligación de “garantizar la seguridad de los bienes de la comunidad que ha sido reubicada temporalmente para la atención de la emergencia, así como la atención de las afectaciones en la salud originadas por la emergencia”.
Para la Unión Sindical Obrera (USO), que reúne a los trabajadores de Ecopetrol, denunció que la emergencia ambiental es "de gran magnitud" y está contaminado la fauna, flora y las fuentes de agua de las cuales se surten los habitantes.
Ante la magnitud de esta tragedia ambiental la Alcaldía de Barrancabermeja declaró situación de “calamidad pública", ya que el afloramiento de hidrocarburos y gas en la zona contigua al Pozo 158 amenaza también predios de la Meseta de San Rafael, Río Sogamoso y la Ciénaga El Llanito.
La USO hace un llamado a Ecopetrol para que haga “una revisión exhaustiva de la integridad operativa de todos los pozos perforados en el área y que proceda a abandonar técnicamente, de acuerdo a la normatividad vigente, todos los pozos que se encuentran inactivos”.
Estos pozos inactivos “son potencialmente generadores de riesgos ambientales, máxime si se tiene en cuenta que el campo de Lizama tiene altas concentraciones y presiones de gas, con antecedentes como el incendio de Lizama 13, en 1966 donde lamentablemente perecieron varios trabajadores”.