América Latina encara el reto de crear una industria inclusiva y sustentable

América Latina encara el reto de crear una industria inclusiva y sustentable

La industria es el motor de desarrollo en México y el resto de América Latina, lo que exige la incorporación de tecnologías, el desarrollo de bienes ambientales y el cambio de patrones de demanda para fomentar un consumo manufacturero sostenible, afirmó el maestro Guillermo Castella Lorenzo, director y representante de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en México.

Durante la presentación del Informe ONUDI sobre el Desarrollo Industrial 2018 Demanda de manufacturas: Impulsando el desarrollo industrial inclusivo y sostenible recordó que varios países han suscrito la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que comprende 17 objetivos y 240 indicadores, entre los que destaca el referente a la industrialización y la innovación vinculadas al cambio climático.

En la Sala de Consejo Académico de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) el representante de ese organismo –que agrupa a 168 países– destacó que la operación de ese sector ya no depende sólo de contar con mano de obra barata sino que “requiere incorporar estrategias propias de la revolución 4.0, a fin de hacer un mejor manejo de la energía y los recursos naturales”.

El doctor Fernando Santiago Rodríguez –miembro de la División de Investigación y Asesoramiento en Políticas de Desarrollo de la ONUDI– indicó que los datos que este informe aporta pretenden ser útiles a los gobiernos en la toma de decisiones políticas, que les permitan ser más competitivos a nivel internacional.

En la mesa moderada por la doctora Gabriela Dutrénit, Profesora Distinguida de la UAM y presidenta de la Red Latinoamericana para el Estudio de los Sistemas de Aprendizaje, Innovación y Construcción de Competencias, Santiago Rodríguez subrayó que el documento, de publicación bianual, analiza en profundidad el desarrollo industrial inclusivo y sostenible desde una perspectiva global.

Además contribuye a mejorar los estándares de vida al introducir productos nuevos, incrementar la calidad de los ya existentes y, a través del tiempo, disminuir los precios haciéndolos accesibles a una cantidad cada vez mayor de hogares alrededor del mundo.

El consumo debe considerarse como un factor esencial, ya que bajo condiciones adecuadas puede poner en marcha un círculo virtuoso de creación de ingresos, diversificación de demanda e industrialización inclusiva.

El impacto en el entorno de la masificación del consumo puede ser mitigado mediante innovaciones tecnológicas y el desarrollo de bienes ambientales, por lo que “debemos cambiar los patrones de demanda para fomentar que nuestro consumo manufacturero sea ambientalmente sostenible”.

El doctor Frederico Rocha, académico de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, advirtió que la mayor parte de los países de Latinoamérica “cayeron en la trampa del balance comercial que impide la diversificación de la industria y, por tanto, la innovación”.

“En toda la región el camino que se ha seguido para la internacionalización se ha centrado en la mejora de procesos de producción de productos homogéneos y por eso hemos tenido dificultades para generar esos círculos virtuosos, pues no existen iniciativas radicales de artículos diferenciados”.

Los problemas en materia de productividad se relacionan con la falta de vinculación del sector público y privado, de tal forma que “deben integrarse ambos conocimientos al fomentar su interacción como paso fundamental para elevar el papel y la relevancia de la industria en ambos campos”, finalizó.

El 25 de septiembre de 2015, 193 Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas suscribieron el documento titulado Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que considera 17 objetivos para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede rezagado para la tercera década del siglo.

Entre los lineamientos destacan: fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura y reducción de las desigualdades.

Estos objetivos y sus 169 metas inciden en las causas estructurales de la pobreza, combaten las desigualdades y generan oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población en un marco de desarrollo sostenible.

Esta agenda es la plataforma de lanzamiento para la acción de la comunidad internacional, los gobiernos, así como organismos de la sociedad civil, academia y el sector privado, con el fin de hacer frente a tres elementos del desarrollo sostenible: crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental.

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